Manuel Gil López, de 65 años de edad, natural de Jérica y vecino de Mora de Rubielos, murió en la noche del pasado viernes como consecuencia de la cogida de una vaca en los festejos taurinos de la ciudad turolense. Los hechos suceden una semana después de que un vecino de Jérica de 71 años falleciera por una cogida durante el toro embolado.

En la tragedia ocurrida en la localidad turolense, una vaca de la ganadería alicantina de La Paloma, de Jalón, lo sorprendió junto a los barrotes de un entablado y le propinó un fuerte golpe en el abdomen por el que cayó al suelo, donde el astado volvió a embestirle. Trasladado en ambulancia al Hospital Obispo Polanco de Teruel, falleció cuando iba a ser intervenido de urgencia. La víctima era muy apreciada en Mora de Rubielos, donde residía desde hace años y su muerte causó gran conmoción también en Jérica, donde vive un hermano.