Las localidades falleras de la provincia cumplieron con el ritual de la Nit de la Cremà y las llamas redujeron a cenizas los monumentos, en el punto final de las celebraciones josefinas. Pese a que la lluvia hizo acto de presencia en diversos puntos de la geografía castellonense, las precipitaciones no deslucieron unos actos en los que la participación fue multitudinaria, como gran colofón a las intensas jornadas festivas.

Burriana inició la cremà de las fallas del 2019 a las 20.00 horas, con los monumentos infantiles. Pero desde más de dos horas antes, las calles de la localidad ya estaban repletas de gente y más de una hora antes de que se prendiera fuego a los monumentos infantiles, el público ya comenzó a concentrarse alrededor de ellos, para conseguir una buena posición y disfrutar del espectáculo.

Pero el planto fuerte llegó a partir de las diez de la noche, momento en que dio comienzo oficialmente la cremà mayor, y, justo cuando comenzó a llover. No ardieron todos monumentos al mismo tiempo, sino que se dividieron los 19 en cuatro sectores.

Susto, sin embargo, en la falla Barrio Valencia, donde se dispararon medio centenar de tracas por accidente antes de la cremà, sin consecuencias.

Las lágrimas de las falleras aparecieron al ver arder su monumento. Pero enseguida dieron paso a bailes y fiesta, agotando las fuerzas de la recámara. Poco a poco se fueron consumiendo las construcciones y las Fallas 2019 dieron paso, superada la medianoche, al nuevo ejercicio fallero.

Noche de sentimientos a flor de piel la vivida ayer en Benicarló. El fuego puso un impresionante broche a unas jornadas intensas y jalonadas de propuestas, en las que la masiva participación fue la nota predominante. A partir de las 20.00 horas, los monumentos fueron desapareciendo de las calles y transformándose en montículos de ceniza por el efecto del fuego. Las primeras en ser devoradas por las llamas fueron las fallas infantiles y, ya entrada la noche, las grandes tuvieron un idéntico final. De dos en dos, por cuestiones de seguridad, empezando por Nou Barri y L’Embut, y terminando por la ganadora y más veterana --la Falla Benicarló--, las imponentes, eventuales y artísticas estructuras se extinguían lentamente, ante los miles de asistentes a la cita.

EMOTIVIDAD // La Vall d’Uixó dijo adiós con altas dosis de emotividad y del deber cumplido. Las fallas más pequeñas ardieron con la puesta de sol, antes de que la intensa lluvia sorprendiera la agenda, y, sobre las 22.00 horas, empezaran las grandes, en orden inverso al premio obtenido, comenzando por la Ja Estem Tots y acabando con Corts Valencianes.

Mientras que en Almenara, antes de que las fallas fueran pasto de las llamas, las comisiones celebraron sus últimos eventos gastronómicos. Se dispararon castillos de fuegos que se encaminaron hacia las creaciones y cerraron ciclo. Informa M. A. S.