Finalmente no ha podido ser. Morella ha conocido este lunes por la mañana que no está entre los dos municipios que Ferrero Rocher ha escogido como finalistas de su campaña anual la Gran Fiesta de la Luz, que finalmente ha sido Puebla de Sanabria (Zamora) y Guadalupe (Cáceres). Solo uno, el que más votos haya recibido a través de las redes sociales, sufrirá una transformación navideña de la mano de la empresa, y vivirá el cambio de década con la retransmisión en directo de las Campanadas de Telecinco.

La primera fase de este peculiar concurso contabilizará los votos recibidos por las distintas candidaturas entre el 30 de octubre y hasta el día de ayer. Entre todas ellas han salido elegidas las dos finalistas de Ferrero Rocher.

LAS DOS POBLACIONES AGRACIADAS

Puebla de Sanabria y Guadalupe han sido los dos municipios más votados en la edición más especial de la campaña navideña por excelencia de Ferrero Rocher, que este año se denominaba “30 años de luz juntos” para conmemorar el 30º aniversario de su llegada a España. Para celebrarlo, Ferrero Rocher ha querido realizar un homenaje a la trayectoria del bombón en España con una edición exclusiva de su icónica iniciativa en la que han participado los ganadores de las cinco ediciones anteriores.

Tras varias semanas de movilización y acciones promocionales sin precedentes, en las que los cinco municipios han puesto de manifiesto su gran implicación y poder de convocatoria, finalmente Guadalupe y Puebla de Sanabria han sido los pueblos más votados. El aniversario de la marca ha coincidido con unos datos de participación inmejorables.

Morella, Valderrobres y Rubielos de Mora, cuya implicación institucional y vecinal ha sido espectacular, se han quedado a las puertas de conseguir ser finalistas en esta primera fase. Sin embargo, la excelente predisposición a participar en esta campaña y las grandes iniciativas llevadas a cabo han contribuido, sin lugar a dudas, a otorgar mayor visibilidad a los tres municipios, uno de los grandes objetivos de la marca. La implicación vecinal y el aumento de la cohesión social y el sentido de pertenencia son, junto al aumento del turismo y la mejora global de la economía de la zona, los principales fines de esta acción que se ha convertido en un icono de la Navidad.