Una acometida de plomo mal taponada hace tres décadas escondía la fuga de agua que ha sufrido Peñíscola desde el verano. La empresa concesionaria de la gestión de aguas, Facsa, junto a la brigada municipal de Obras y Servicios, han estado trabajando durante los últimos tres meses para tratar de localizar este misterioso escape cerca de la muralla renacentista. Concretamente, los técnicos han detectado la fuga en la calle Olvido, en el núcleo antiguo de la localidad, en una instalación mal anulada con más de treinta años de antigüedad.

Esta antigua conexión desde la red pública a una de las viviendas del vial no fue correctamente taponada para su anulación, según informaban ayer desde el Ayuntamiento, y las consecuencias de esta deficiente ejecución en su día las ha sufrido el municipio desde la época estival.

Vacían hasta el depósito

Los técnicos han utilizado todos los métodos de detección de fugas habituales, incluso llegaron a vaciar el depósito de agua que abastece la ciudadela para intentar averiguar el origen y la posible causa de la filtración a la muralla.

Múltiples catas descartaban, una tras otra, que el escape fuese de la red actual, puesto que las comprobaciones eran siempre correctas. Hasta que en una de las última pruebas realizadas en la calle Olvido, en una zanja de tres metros y a una profundidad poco usual y sin estar contemplada en ninguno de los planos contemporáneos, encontraron la antigua instalación que, sin taponarse, se dobló para cortar el suministro de agua a la vivienda y sustituir la acometida de plomo.

El concejal de Servicios, Jorge Rovira, agradeció ayer la paciencia de los vecinos de la zona, no solo por la fuga cercana a sus casas, sino por las constantes zanjas que se han debido realizar en la calle hasta dar con la fuga.