Cabras emboladas en un pueblo de Castellón: Descubre qué hay de cierto

Los 'bous al carrer' están muy arraigados en la provincia, pero una localidad del Alto Mijares esconde una leyenda muy curiosa en su historia

Imagen creada con IA de una cabra embolada

Imagen creada con IA de una cabra embolada / IA

Argelita es un municipio que pertenece a la comarca del Alto Mijares, que apenas supera los 150 vecinos. Su origen proviene de una antigua alquería musulmana documentada desde 1162. En la primera mitad del siglo XIII perteneció al último gobernador almohade de Valencia, Zeit Abu Zeit, señor de extensos territorios en el Alto Mijares. Al ser expulsado de sus dominios huyó hasta el reino de Aragón y ayudó a Jaume I en la reconquista. Esta alianza le permitió acceder a numerosas tierras y castillos, entre los que se encontraba el Castillo-Palacio de Argelita donde estableció su residencia y se convirtió al cristianismo, llamándose Vicente Bellvís. En 1262 Argelita mantenía su población musulmana y pertenecía a Ferrán Pérez, el hijo de Zeit Abu Zeit.

Actualmente, de este monumental palacio tan solo quedan dos torres, una de planta cuadrada y otra de planta redondeada. En esta última aún se lee una inscripción del año 1252. La iglesia parroquial adyacente, dedicada a Santa Ana, es del siglo XVII y de estilo barroco churrigueresco.

Imagen aérea de Argelita

Imagen aérea de Argelita / MD

Castillo del Buey Negro

Asimismo, dentro del patrimonio de la localidad destaca el Castillo de Buey Negro (Bien de Interés Cultural). Se trata de una fortaleza de grandes dimensiones que se encuentra en una elevada montaña en el límite de los términos de Argelita y Ludiente, en el parapeto rocoso que se desploma sobre el estrecho que forma el río Villahermosa antes de llegar a la población. Fue un castillo dominante de una gran extensión de territorio en el que estaban incluidas numerosas poblaciones. 

No hay datos sobre el origen de su construcción, sin embargo, se pueden encontrar documentos de finales del siglo XII, en los cuales ya se habla de la existencia del mismo. Actualmente, está en ruinas, apreciándose los lienzos de murallas y los basamentos de torreones. Era un recinto fortificado desde el este hasta el sur, siendo el resto totalmente inaccesible, delimitando la cima

Cabras emboladas con estopa y resina

Cuenta la tradición en forma de leyenda que cuando las tropas del rey Jaime I amenazaron la población, los sarracenos de la comarca de Espadán se fueron a refugiar en el entonces célebre castillo del Buey Negro al norte de una pétrea y elevada meseta bordeada de precipicios en su casi totalidad.

Asediada totalmente la fortaleza, fueron inútiles las tentaciones de fuerza, hasta que una noche oscura y tenebrosa, recogidas más de mil cabras montañesas, fueron emboladas con estopa y resina, obligadas a ir en su dirección.

Los refugiados que vieron trepar tantas luces por cortaduras y verticales, creyéndose perdidos, algunos buscaron una muerte heroica y los demás se despeñaron por las cortaduras.