Uno de los grandes proyectos de la segunda mitad de legislatura en Onda está a punto de empezar a ser una realidad. En cuestión de días arrancarán los esperados trabajos para rehabilitar el emblemático edificio de la Torre de la Presó, situado en la plaza de la Font de Dins, donde la antigua cárcel dará paso ahora a un museo expositivo que se convertirá en el nuevo puntal turístico y cultural de la localidad.  

Un ambicioso proyecto, que acaparó la presentación del Ayuntamiento en el pasado Fitur, de cuyas obras se encargará la empresa borriolense Mampostería Falomir SL, adjudicataria de las tareas al llevarse la puja por 103.732,27 euros, IVA incluido. Los trabajos tienen un periodo de ejecución de unos tres meses, por lo que vecinos y visitantes podrán conocer al detalle este inmueble que encierra tanta historia y con tantas vivencias ocurridas antes de que acabe este año 2021, si se cumplen los plazos.

Aunque sin perder la esencia, la remodelación dará un lavado de cara a la antigua prisión. David Donaire

Carta dirigida a los vecinos

Conscientes de las molestias que pueden generar las obras mientras estén en marcha, ya que, por ejemplo, la constructora va a instalar grúas en la calle La Safona para así no impedir que los bares y restaurantes de la Font de Dins puedan sacar sus terrazas, desde el consistorio han enviado una carta a todos los vecinos en la que les pide «comprensión, paciencia y empatía» mientras se ejecuten los trabajos. La meta, no en vano, no es baladí, puesto que, como reza la misiva, que está firmada por la concejala de Promoción Económica, María Baila, la remodelación del edificio permitirá «recuperar un bien cultural único heredado de los antepasados y patrimonio de todos los ondenses».

La integral puesta en valor del edificio, más allá de remodelar el interior, enlucir las paredes o sustituir las cubiertas, incluye la sonorización del espacio y la renovación de la iluminación para hacer aún más atractivo este reclamo turístico que abrirán al público. En concreto, la primera planta albergará una sala de recepción de visitantes, la segunda ofrecerá explicaciones sobre el funcionamiento de la cárcel y en la tercera el protagonismo recaerá, además de en las celdas, en el icónico reloj (reubicado en el espacio que en su día fue una letrina, ya que es más moderno y no se remonta al siglo XVI de cuando data la cárcel), en el que instalarán un panel de metacrilato para proteger este artilugio.

El icónico reloj que da a la calle Sant Miquel fue reubicado en lo que en su día fue una letrina de la cárcel. David Donaire

Un reloj, que da a la calle Sant Miquel, muy querido y con mucho arraigo por los ondenses, ya que no hay que olvidar que es el lugar donde suelen concentrarse para celebrar las campanadas