Oda a las 'barques del bou' en Moncofa

Homenaje plasmado en pared a un tipo de embarcación de pesca de arrastre muy típico hace décadas en la costa de Moncofa y, en extensión, en buena parte del litoral mediterráneo. Se trata de las clásicas barques del bou, cuyo valor y simbolismo ha reconocido la artista local Gabriela Alemany, con la inestimable ayuda de Evaristo Millán y Vicente Alemany, en un gigantesco mural que acaba de pintar.

Según cuenta la creadora, De vuelta en tierra (así se llama la obra) es una manera de recordar «cómo había sido la vida junto al mar antes de que el turismo y el ocio fuesen las industrias más poderosas en la costa». De hecho, entonces, «todo se hacía valer a través de la pesca y la agricultura».

Era en esos tiempos en los que tanta importancia tuvieron las barques del bou en el litoral de Levante, Cataluña y las Islas Baleares, que recibían ese nombre tan singular en virtud de una cierta ambigüedad. «No solo se llamaban barcas de buey porque faenaban en parejas con pesca de arrastre o de copo (que es una tarea muy humilde similar a la forma en la que los bueyes aran con una yunta), sino que el medio de tracción habitual para devolver las barcas con vela latina a tierra era el de una pareja real de estos animales», desgrana.

No olvidar los orígenes

Con esta particular visión de aquella época, Alemany pretende retrotraer al espectador a ese pasado de la mano de su mural, pintado en una de las paredes laterales del edificio de la sala de exposiciones María Sorolla, en el centro de la playa de Moncofa . «He representado lo que fuimos para que nadie ignore el origen de lo que hoy somos. Mi mural de la barca que vuelve a tierra es un retorno», defiende.

Para el alcalde, Wences Alós, obras así permiten «seguir con la apuesta del Ayuntamiento de poner en valor la historia de Moncofa». Y cree que, además de recordar el pasado, «es una alternativa turística».

Este no es el primer mural que la artista moncofense realiza en su municipio natal. En noviembre del año pasado, Alemany terminó una pintura de siete metros de altura que diseñó en la fachada de un edificio municipal en el cruce entre las calles Cova Santa y Magdalena. En este caso, la autora buscó reivindicar las tradiciones campestres y agrícolas de los antiguos vecinos. H