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La sombra de la prórroga presupuestaria cobra fuerza mientras la presión crece

La parte socialista lanza un ultimátum: el tiempo para aprobar el proyecto acaba el domingo

Manolo Mata, Ximo Puig y José Muñoz, en la sede del PSPV.

La prórroga de los presupuestos de 2021 es la posibilidad que el president, Ximo Puig, mantiene abierta si el proyecto no llega en el plazo establecido legalmente a la mesa del Consell por las desavenencias entre los partidos socios de gobierno. Es un factor de presión asimismo que ha permanecido subterráneo durante todo el proceso de negociación, pero que ayer se hizo visible ya.

Lo hizo la parte socialista del Botànic con toda su fuerza: están abiertos a aprobar las cuentas hasta el domingo, el último día dentro del plazo que establece la ley de Hacienda para tramitar las cuentas de 2022 antes del 31 de diciembre de 2021. 

¿Y si no es así?

«Se abre un escenario desconocido», aseguraron fuentes del entorno de Puig. En ese horizonte por descubrir entra como primera opción la prórroga de los presupuestos en vigor. Las mismas fuentes van un paso más allá: estas cuentas podrían ser las últimas de la legislatura, que en teoría acaba en la primavera de 2023.

«No sería lo deseable, pero es posible. Cada vez lo parece más», aseguraba ayer un alto cargo del Ejecutivo sobre la prórroga. Lo decía después de que el número dos del PSPV, Manolo Mata, planteara la posibilidad, que no es nueva en el Palau de la Generalitat. La opción está contemplada desde el momento que se percibió que la elaboración de las cuentas de 2022 no iba a ser fácil, dadas las exigencias que planteó enseguida la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra (Compromís), de cambiar el procedimiento empleado desde 2015 después de sus problemas con Hacienda hace un año.

El día clave es el domingo, último día del mes. Es hasta cuando el Consell podría aprobar sus cuentas dentro del plazo legal. Lo demás ya es saltarse esa norma. Algo que para el PSPV sí es importante y no lo es tanto para Compromís y Unides Podem. Incluso puede ser interesante a efectos de control del relato político, algo importante en esta etapa.

Si se sobrepasa esa fecha, existen tres posibilidades: continuar la negociación, pararla un tiempo para abrir un periodo de reflexión o dar carpetazo a las discusiones y hacerse a la idea de que las conselleries tendrán que adaptarse en 2022 al proyecto de presupuestos de 2021. La última opción plantea complicaciones técnicas, pero ha sucedido en otras comunidades. Cataluña estuvo así durante varios años. También Madrid. La imagen que se proyecta del Ejecutivo tripartito es negativa, no obstante. Todos esos factores son los que empiezan a estar en la coctelera.

En todo caso, superar la barrera del domingo complica que las cuentas pudieran ser aprobadas en las Corts antes del final de 2021, debido al trámite parlamentario obligado antes de la votación final. Sin embargo, si el retraso fuera de solo unos días, podría haber alguna posibilidad, según fuentes consultadas.  

Mata fue quien verbalizó ayer la opción de la prórroga. «Si no llegan el 31 habrá un presupuesto prorrogado y eso no es deseable aunque fuera unos meses. Un gobierno que gestiona entre 25.000 y 27.000 millones no puede estar bloqueado por unas partidas, los ingresos son los que son», dijo.

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