El Festival de Cine de Cannes estrenó ayer la película Soy Cuba, filme maldito del ruso Mijail Kalatozov que llega al certamen con el respaldo de los directores estadounidenses Martin Scorsese y Francis Ford Coppola. La película, acabada en 1964 y "desaparecida" durante 40 años, según explicó su distribuidora francesa, no ha sido nunca vista en Francia, pero sí en los festivales estadounidenses de Telluride, donde fue aclamada por el público en 1992, y San Francisco en 1993, donde se llevó el Gran Premio.

Scorsese y Coppola lo descubrieron y unieron esfuerzos para encontrarle distribuidor, editado hace dos años una versión en EEUU y del que en Cannes se proyecta una copia restaurada. La historia de Soy Cuba comenzó en 1961, cuando Moscú y Cuba coproducieron varios filmes, entre ellos éste, que debía tener carácter propagandístico.