Este jueves, 25 de febrero, a las 19.30 horas, el afamado escritor Javier Sierra presenta su último libro El mensaje de Pandora (Planeta) en un encuentro digital organizado por el Ayuntamiento de Onda dentro del ciclo «Onda va de llibres». Será a través de las redes sociales del consistorio donde se podrá seguir esta presentación telemática con el autor, Premio Planeta en 2017.

—El pasado año tenías un par de proyectos entre manos pero decidiste dejarlos para abordar El mensaje de Pandora

Sí, es una obra de impulso, que nace un poco empujada por las circunstancias del estado de alarma del pasado 14 de marzo, cuando nos obligaron a confinarnos a todos. Tuvimos la sensación de que el mundo se paraba. Yo sabía que no era la primera vez que ocurría algo así. Hace 100 años, con la famosa epidemia de la Gripe Española, vivimos situaciones muy parecidas, pero incluso en otros momentos históricos habíamos sufrido este tipo de situaciones. También sabía que cuanto más fuertes son estas circunstancias, más duras, más se produce una transformación de la sociedad que las sufre.

—Ejemplos de esa especie de metamorfosis han habido, y muy importantes a lo largo de la Historia.

—Así es. Pasó con la peste negra, en el siglo XIV, que fue el prólogo del Renacimiento y el final de la Edad Media y los privilegios feudales. Y pasó de alguna manera en 1918 con la Gripe Española, donde nos vimos abocados, después, a los felices años 20 pero también a la Gran Depresión y al germen que disparó las dos guerras mundiales. Así que, viendo y sabiendo todo esto, quise escribir un libro dirigido a todo el mundo, es un libro muy sencillo de entender, no es ningún tratado político o económico —se ríe—, donde se explicaran estas cosas y cómo, en realidad, llevamos diez mil años conviviendo con pandemias.

—Dicho así, asusta un poco.

—La buena noticia es que siempre hemos salido fortalecidos de esas circunstancias, siempre hemos vencido. Llevamos diez milenios venciendo a los virus. La mala noticia es que cada vez que nos «atacan» nos vemos obligados a cambiar como sociedad. Esa es la gran lección que de alguna manera he querido transmitir en el libro.

—Comentas que no es una lectura compleja pero a lo largo del libro existen ciertas clave que uno debe identificar para desgranar ese mensaje que deseas compartir.

—Sí, claro. Es un libro que hace referencia a investigaciones de algunos premios Nobel, a teorías sobre el origen de las enfermedades, que también lo son de la vida, ¿no? Enfermedad y vida está íntimamente ligado. Hago un repaso por todos aquellos científicos, algunos muy notables, que han defendido en estos últimos doscientos años que los virus no son autóctonos del planeta Tierra, sino que en realidad vienen del espacio, viajan y cubren grandes distancias a borde de cometas, asteroides y meteoritos, y que van infectando planeta tras planeta. Ese tipo de teorías también las contemplo. Lo que busco, básicamente, como con cualquiera de mis novelas es apelar a la sorpresa del lector. Quiero hacerle ver las cosas desde una óptica distinta a la que pueda tener a través de los medios de comunicación o los discursos dominantes. Mi novela está llena de ese tipo de giros.

—Hoy presentas en Onda, aunque de forma telemática, esta novela y lo haces con motivo del ciclo ‘Onda va de llibres’. ¿Cómo surgió esta posibilidad?

—Este libro se publica el pasado mes de junio y obviamente, por las circunstancias pandémicas, no lo he podido presentar de manera tradicional, de manera presencial prácticamente en ningún lugar. Pero, a nuestro socorro, han venido los medios digitales. El streaming se ha convertido en algo habitual para muchas personas. Cuando el Ayuntamiento de Onda me propuso utilizar esos mecanismos de las nuevas tecnologías para presentar el libro acepté encantadísimo, porque creo que es una manera de no dejar que el fuego de la cultura se apague, no es lo ideal que eso ocurra.

—A muchos esto les cuesta entender que sea así, pero como dices, gracias a las nuevas tecnologías, hay lugar para que la cultura siga resistiendo, ¿no?

—Al final, una parte de la cultura se asume por la piel, por el roce, por lo presencial, por el contacto. Es así. No obstante, y por lo menos, a falta de posibilidades de poder viajar y hacer estas cosas con naturalidad, tenemos lo digital, que es una alternativa estupenda.