Una experiencia inmersiva ofrece en París un viaje en el tiempo a la Edad Media para revivir la construcción de Notre Dame y visitar el interior de la catedral, cerrada al público desde el incendio que acabó con parte de su estructura el 15 de abril de 2019.

A través de unas gafas y una mochila de realidad aumentada, los usuarios se sumergen en la historia de su construcción, a partir del año 1163, sin moverse de una gran sala situada en el Espacio Grand Arche de la Défense.

Desde su apertura el 15 de enero, alrededor de "un millar" de visitantes, en grupos de entre dos a seis personas, han entrado virtualmente en ese templo en un momento en que este se encuentra todavía en plena restauración.

"Tenemos ya todos los fines de semana completos", subrayó a Efe Anne Charlotte, una de las empleadas de la empresa Amaclio Productions, que ha ofrecido experiencias similares de otros lugares históricos como el Monte Saint-Michel.

La capacidad de viajar en el tiempo

Esta tecnología, en auge en los últimos años, ofrece la posibilidad de viajar a cualquier lugar del mundo en cualquier momento de la historia.

En este último caso, tras colocarse las gafas de realidad aumentada, el visitante aparece en una noche lluviosa de la Edad Media parisina, donde le recibe un paisano que le guiará por la catedral durante su recorrido a lo largo de varios siglos y de diversos procesos de construcción o actos litúrgicos.

El usuario, que puede adentrarse en sus distintas estancias, se sitúa junto a los trabajadores de esa iglesia para ver, por ejemplo, cómo tallan las piedras que formarán parte de su ornamentación.

Vértigo y precisión a escala real

Una de las sensaciones más repetidas por el público es el vértigo al "ascender" a través de plataformas de madera virtuales a las distintas alturas de la catedral para ver, por ejemplo, cómo se colocaron las vidrieras de los rosetones o para presenciar una misa desde el órgano de Notre Dame.

"Hay gente que nos pregunta si realmente hay plataformas en el suelo que se elevan", bromea Charlotte. La precisión en los gráficos ayuda a olvidar que es una experiencia virtual y a sentirse como un ciudadano del siglo XII.

La forma en la que se plasma Notre Dame a través de las gafas está hecha a una escala tan real que consigue que todo aquel que se las pone experimente sensaciones reales.

"Cuando nos encontrábamos fuera sentía que había realmente aire y lluvia", relata a Efe una visitante. "Es absolutamente inmersivo. Es increíble ir por todas las alturas", añaden Marius y Claire tras esa media hora de inmersión.

La experiencia permanecerá en La Defénse durante todo 2022, a partir de mayo también se podrá ver durante tres meses en la Conciergerie y la organización se plantea llevarla hasta la plaza de Notre Dame a partir de septiembre.