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Obituario

Muere a los 71 años William Hurt, icono masculino del Hollywood de los 80

El actor destacó en ‘Fuego en el cuerpo’ y ganó un Oscar con ‘El beso de la mujer araña’

William Hurt, en una imagen de archivo.

William Hurt, fallecido ayer en a los 71 años, ya había realizado un par de interesantes interpretaciones en ‘Un viaje alucinante al fondo de la mente’ (1980), una alucinógena película de Ken Russell, y ‘El ojo mentiroso’ (1981), un ‘thriller’ coprotagonizado con Sigourney Weaver.

Pero sería ‘Fuego en el cuerpo’, también de 1981, el filme que le pondría en la órbita del cine norteamericano del momento. En esta reedición de las historias de James M. Cain dirigida por Lawrence Kasdan, Hurt encarnó a un joven abogado seducido por la esposa de un rico hombre de negocios. Era como una versión 'neonoir' de ‘Perdición’ o ‘El cartero siempre llama dos veces’, con Hurt y su pareja en el filme, Kathleen Turner, dando sentido al título de la película. Imposible no recordar sus encontronazos sexuales y la cantidad de té helado que beben para paliar el calor.

Hurt se convirtió en el mejor aliado de Kasdan, con el que repitió en ‘Reencuentro’ (1983), ‘El turista accidental’ (1988) y ’Te amaré hasta que te mate’ (1990). Pero ya entonces eran muchos los directores que llamaban a las puertas de su agente, y sus trabajos en la década de los 80 lo convirtieron en una de las máximas expresiones masculinas del Hollywood moderno. Tanto servía para alambicados relatos de espías tipo ‘Gorky Park’ (1983), como para encarnar al homosexual encarcelado de ‘El beso de la mujer araña’ (1985), por la que ganó su único Oscar.

Protagonizó también ‘Hijos de un Dios menor’ (1986), en la que encarnó a un profesor atraído por una de sus alumnas en una escuela de sordomudos; ‘Al filo de la noticia’ (1987), un filme de James L. Brooks en la tradición de las comedias sobre periodismo, y ‘Alice’ (1990), una de las comedias soñadoras de Woody Allen.

Un actor de gran ductilidad

Su repercusión llego al cine internacional. Wim Wenders lo requirió para ‘Hasta el fin del mundo’ (1990) y el argentino Luis Puenzo para ‘La peste’ (1992), su adaptación de la obra de Albert Camus. Su compañera de reparto en este filme fue la actriz francesa Sandrine Bonnaire, con la que mantuvo una larga relación sentimental de la que nacería una hija, Jeanne Bonnaire-Hurt. Intervendría también en ‘Smoke’ (1995) de Wayne Wang y Paul Auster y formaría pareja con otras dos estrellas francesas: con Juliette Binoche en ‘Romance en Nueva York’ (1996), una curiosa comedia con elementos de sicoanálisis realizada por Chantal Akerman, y con Charlotte Gainsbourg en la versión de Franco Zeffirelli de ‘Jane Eyre’ (1996). Era entonces uno de los actores de moda y no lo desaprovechó. Pese a su mirada entre severa, lánguida y pérdida, demostró mucha ductilidad y cambios de registro entre el drama y la comedia.

Evidentemente, no tuvo problemas en participar en grandes producciones de género fantástico –‘Perdidos en el espacio’ (1998), la inquietante ‘Dark City’ (1998) de Alex Proyas, la miniserie ‘Dune, la leyenda’ (2000), en la que dio vida al duque Leto Atreides, o ‘A. I. Inteligencia artificial’ (2001), el proyecto de Stanley Kubrick reemprendido por Steven Spielberg–, y aunque con el nuevo siglo no fueron tantos los buenos papeles, brilló especialmente en su abstracto cometido en ‘El bosque’ (2004) de M. Night Shyamalan y, sobre todo, en su breve pero intensa aparición en la parte final de ‘Una historia de violencia’ (2007) de David Cronenberg. Interpretó al secretario de Estado norteamericano en varias entregas del universo cinematográfico Marvel.

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