Mohamed Jedidi tiene mucha sangre fría. Tanta como para repetir el lanzamiento de un penalti seis veces y, aún así, marcar en el tiro definitivo. La cómica escena sucedió, por primera vez en la historia, en el partido en el que Túnez se impuso el martes por 3-2 a Serbia y Montenegro. Y todo por culpa de un árbitro, Charles Ariiotima, de Tahití, quien aplicó una curiosa interpretación del reglamento.

El show empezó en el minuto 80. Jedidi, de 25 años, colocó el balón en el punto de penalti, lanzó y marcó. Pero el árbitro lo anuló al considerar que sus compañeros habían entrado en el área antes del lanzamiento.

Hasta aquí todo normal. El cachondeo vino después. Ariiotima le anuló el segundo y el tercer lanzamiento, que acabaron en gol, por el mismo motivo entre las risas de los jugadores serbios.

Dos paradas del meta

Los tunecinos, hartos del colegiado, se fueron al centro del campo para evitar problemas. Jedidi lanzó el cuarto penalti y Milojevic, el portero serbio, se lo paró. Pero el árbitro lo anuló al interpretar que esta vez habían sido los serbios quienes entraron en el área. Jadidi ni se inmutó. Lanzó el quinto de la noche, Milojevic se lo paró y él mismo anotó de cabeza al aprovechar el rechace. Pero otra vez anulado. El portero se había movido. A la sexta, cuando ya casi se llevaban cuatro minutos de lanzamientos, marcó.

Ariiotima, de 38 años, demostró que un colegiado que dirige partidos en una liga de 10 equipos en la que juegan clubs como el Pirae, Manu Ura, Dragon o Fei-Pi, no puede ir a unos Juegos.