Castellón Hace justo un año, Pablo Herrera era un deportista bastante desconocido para el público castellonense, pese a haber ganado un torneo de la Liga Mundial de voley playa y haber sido campeón de Europa sub-23 en la misma especialidad. Pero la medalla de plata conquistada en Atenas le ha convertido en un referente del deporte local, provincial y hasta nacional. Aunque no es su terreno favorito, Pablo ha impulsado al equipo masculino a la Superliga, un éxito sin precedentes en el ámbito provincial. No obstante, no se le han subido a la cabeza los elogios y las palmaditas en la espalda. Así, paga con gusto el precio de la fama, atendiendo las peticiones de autógrafos de los niños, aquellos que sueñan con, como él, subirse a un podio de la cita más importante del mundo: los JJOO.