Pocas veces se ve a un equipo con diez jugadores lejos de su estadio peleando por remontar un resultado adverso y ayer el Villarreal dio una lección de amor propio sobre cómo luchar contra las adversidades. El Submarino tiene las ideas muy claras y en el Calderón peleó hasta que consiguió un empate que supo a victoria, algo que recalcaba Quique Álvarez tras el partido.

"Tiene mucho mérito el punto que nos llevamos, porque nunca nos vinimos abajo y tuvimos fe en que podíamos llevarnos algo positivo de Madrid. Por eso, creo que al final obtuvimos el premio justo", aseguraba el capitán amarillo.

Y es que tras la expulsión de Gonzalo y el 1-0, los hombres de Pellegrini no se arrugaron y creyeron en sus posibilidades: "Sabíamos que una oportunidad tendríamos antes de que acabara el partido y la supimos aprovechar. La casualidad ha querido que fuera en el último instante". "Este empate nos levanta la moral para el partido de la Champions", concluía el central amarillo.

MARCOS SENNA Por su parte, el brasileño Marcos Senna, que entró en la segunda parte, valoró positivamente el comportamiento del Villarreal en el Vicente Calderón y destacó el hecho de que su equipo no se dio por vencido en ningún momento: "Lo importante es que no tiramos la toalla pese a que el partido se nos complicó mucho y, de esta forma, obtuvimos nuestro premio", señaló.

El centrocampista amarillo aseguró que confiaba en que pudiera llegar el empate. "Tuve la sensación de que el empate podía llegar porque estábamos jugando bien", dijo.