El Mundial de Suráfrica no solo pasará a la historia por ser el primero que se disputa en el continente negro. El cuadro final también ha dejado un dato para el recuerdo. Por primera vez, los suramericanos superan a los europeos entre los ochos mejores. Nunca antes hubo tantas selecciones del otro lado del Atlántico en los cuartos de final, ni tan pocas del viejo continente. Hay una Copa América en África.

Solo Chile, eliminada por Brasil, ha impedido el pleno suramericano. La canarinha siempre ha sido un clásico en los cuartos, al igual que Argentina, aunque algo más irregular. La sorpresa la han dado Paraguay, entre las ocho mejores por primera vez en su historia, y Uruguay, campeona en 1930 y 1950, pero ausente en los cuartos desde 1970.

UN PLENO POSIBLE // Cada país, además, compite con una llave distinta para acceder a las semifinales del Mundial. Si todas vencen, podría haber un póquer suramericano. Tampoco es descartable la final Brasil-Argentina, que paralizaría ambos países durante días. Sería la primera suramericana desde 1950, la del inolvidable maracanazo.

Esta supremacía avala la calidad y el tesón de unos futbolistas entregados a su país, más allá de sus clubs. Para jugadores como Messi, Kaká, Forlán o Roque Santa Cruz, la selección es su equipo de verdad. Lo dejan todo por defender los colores de su país. Es algo cultural y forma parte de su vida. En Europa lo más similar se encontraría en Alemania, una selección que no conoce el miedo. Ha jugado todos los cuartos de final desde 1954 y cuenta con tres títulos y cuatro subcampeonatos.

Un vistazo a la evolución de los últimos Mundiales refleja el estancamiento europeo. En 1994, curiosamente en el último torneo celebrado en tierras americanas (EEUU), el viejo continente estuvo a punto de lograr el pleno. Siete europeos coparon los cuartos, acompañados del omnipresente Brasil. En Francia (1998) y Alemania (2006) hubo seis representantes. En esta ocasión, la representación se ha reducido a la mitad. Holanda, España y los germanos defenderán el honor europeo.

Los jugadores y dirigentes suramericanos han aprovechado este éxito para exigir más plazas en los próximos mundiales. Uruguay entrará mañana en las semifinales si supera a Ghana, una proeza para una selección que logró el billete en la repesca ante Costa Rica. “A ver si con estos resultados nos dan al menos cinco plazas fijas. La calificación es durísima. La gente no se fija, pero jugamos en altura, con frío, con calor, con viajes largos… Ya era hora de que se mirará más allá de Brasil y Argentina. Tenemos mucho nivel”, dice con tono reivindicativo el exdelantero del Villarreal y ahora del Atlético, el uruguayo Diego Forlán.

SIN CAMBIOS A LA VISTA // El próximo Mundial se disputará en Brasil, pero Joseph Blatter no parece interesado en introducir cambios, algo habitual en él. “Con solo una decena de federaciones es difícil ampliar el cupo, pero es un debate interesante”, cuenta el presidente de la FIFA.

El auge suramericano contrasta con la caída de Europa, propiciada por la ruina de las últimas finalistas: Italia y Francia. Los cruces, con duelos directos, tampoco han ayudado. Ni en el sistema actual de eliminatorias ni en el de grupos (1974, 1978 y 1982) se había llegado nunca con tan poco color europeo. En los clubs sí mandan los clásicos. El Barcelona es el equipo con más jugadores en los cuartos (10), seguido del Bayern (9) y el Madrid (8). H