No sabría enumerar las veces que me han preguntado: ¿Barça o Madrid? Muchas. Creo que otra de las preguntas de nuestro país es: ¿De derechas o de izquierdas? Si vives en Cataluña se ha añadido al recetario otra de las bipolarizaciones que tanto odio: independentista o constitucionalista. Se extiende hasta tal punto que cuando me preguntan en un restaurante por el vino y me dicen ¿Ribera o Rioja? Mi cara de hastío contesta por sí sola: No hace falta que sea una de esas, solo que sea bueno. El encasillamiento, casi insufrible, que muchos de los que creemos en que hay más colores entre el blanco y el negro tenemos que sufrir y forma parte de esa tantas veces mencionada Historia de las dos Españas.

Esta semana con la dolorosa derrota --para mí lo es cuando un equipo de mi geografía emocional la sufre, y el Barça cuando juega en Europa está en ella como el Madrid, Atlético, Granada, Sevilla o la Real--, he leído muy buenas reflexiones al respecto de esa llamada crisis de competitividad del fútbol de clubs españoles. Cada uno con su razonamiento, con más o menos peso argumental, pero todos válidos y respetables. Claro, siempre referido al Barça y al Real Madrid. A pesar de la derrota de la Real Sociedad por 0-4, creo que la clase media de LaLiga ha subido de nivel.

Los problemas de Barça y Madrid también tienen mucho que ver con otros factores. En el caso de los culés, con un derroche sin ton ni son del dinero, porque un equipo con futbolistas que valen mas de cien millones como Greezmann, Dembelé o Coutinho, sin nombrar las millonarias nóminas de Piqué, Messi y cía no se puede decir que su problema para empatar con el Cádiz, por citar el último, sea la falta de ingresos del covid. Y rendirlo todo a Messi es como pensar que existe el agua de la inmortalidad. ¿Por qué ambos clubs no son SAD como el resto ? Más prudente está siendo el Madrid, con la obra del Bernabéu, aguantando con más racionalidad este paréntesis de la crisis pandémica en todos los sectores de la economía y del deporte.

La gestión de LaLiga está siendo buena y un éxito que se haya retomado el fútbol, aunque cuanto más tiempo pase sin gente en los estadios, más costará recuperar al aficionado. Y Tebas, que es un buen gestor, pero a veces se pasa de frenada elitizando y construyendo muros en lugar de derribarlos, sabe que uno de los grandes objetivos es enganchar al público mas joven, que está emigrando hacia los e-sports.

En esa tarea, clubs como el Villarreal CF deben trabajar para acercarse al aficionado de a pie, a aquellos que compran su camiseta para ir al estadio o ver el partido por la tele, y dejarles ver que ellos son los que dan identidad a este espectáculo. El fútbol es pasión y sentimiento, emociones que todos necesitamos después de este letargo social. Y sí, no me gusta la bipolarización. Como decía antes, ni Ribera ni Rioja... que sea bueno y auténtico.