El rival que visita este viernes el Estadio Castalia (21.00 horas) es uno de los equipos top de Segunda División. Favorito al ascenso a la máxima categoría, el RCD Espanyol pondrá a prueba a un CD Castellón que ha encadenado cuatro jornadas consecutivas sin perder, un hecho que no sucedía en las filas del conjunto albinegro desde hace más de un año.

Aunque el equipo de Juan Carlos Garrido sueña con la machada y con sumar ante el conjunto perico, lo cierto es que sobre el papel las diferencias entre ambos clubs son abismales y evidencian claramente la condición de debutante de los de la capital de la Plana. Una batalla entre David y Goliat que va más allá de lo que suceda concretamente sobre el verde del feudo de la capital de la Plana.

La trayectoria

Mientras que el Castellón estuvo siete temporadas sobreviviendo en Tercera División y estuvo al borde de la desaparición por los problemas económicos que arrastraba, el Espanyol viene de participar recientemente en competiciones europeas. De hecho, en el 2007 llegó a disputar la final de la Europa League, y la perdió, contra el Sevilla. Hoy en día los objetivos son diferentes ya que los pericos pelean por subir y los orelluts por no bajar de nuevo.

El presupuesto

El club catalán tiene esta temporada 2020/21 un presupuesto de 72,5 millones de euros, el más alto de su historia en Segunda. Esto se debe, entre otras cosas, a fruto entre otros aspectos de las ayudas al descenso (por los 26 años seguidos que llevaba el equipo en Primera) y de la televisión, que sumaban un ingreso de 41,24 millones, tal y como explicaron en su última Junta de Accionistas. Por su parte, el Castellón como uno de los recién llegados al fútbol profesional tiene 7,9 millones de euros de presupuesto, marcados precisamente por el ascenso a LaLiga SmartBank.

La plantilla

A la hora de confeccionar las plantillas para este curso también existe una gran diferencia en la forma y el perfil de los futbolistas contratados. Así, mientras la entidad castellonense optó por mantener el bloque con el que logró dar el salto de categoría en julio del año pasado e incorporó a jugadores que han llegado, o bien en calidad de cedidos o con la carta de libertad, el Espanyol tiró de cartera para conseguir fichar a los mejores en cada posición y pelear por el único objetivo de este curso: el ascenso a Primera.

En este sentido, cabe destacar que el club catalán pagó 22,5 millones de euros al Benfica por Raúl de Tomás, 10 millones por Embarba, dos millones al Málaga por Bare e, incluso, medio millón de euros al Elche por la cesión de Óscar Gil o 260.000 euros al Anderlecht por el congoleño Dimata. 

La propiedad

El Castellón sobrevivió y llegó a Segunda, antes de lo previsto, gracias al esfuerzo económico realizado por Vicente Montesinos y su familia. El actual presidente del club está realizando un auténtico esfuerzo por mantener el equipo, si bien el actual dueño del Espanyol es, desde el 2016, el multimillonario chino Chen Yansheng, quien amasó su fortuna con un negocio familiar de coches de lujo teledirigidos, drones y videojuegos.