El Burriana es el equipo más desafortunado de la provincia de Castellón en las promociones de ascenso a Tercera División de la última década. El conjunto celeste ha disputado, en diez años ha competido nueve en Regional Preferente de los que ha jugado un total de seis promociones y solo ha subido en una, en la 2011/12. 

Pero no hace tanto, el equipo de la Plana Baixa era temido en toda la Comunitat Valenciana, cocretamente a finales del pasado siglo y comienzos del actual. En 1996 la escuadra celeste conseguía su cuarto ascenso a Tercera División, de este modo se iniciaba una época dorada en el club. El equipo comenzó a afianzarse en la zona alta de la categoría y en la campaña 1999/00 se consiguió el histórico ascenso a Segunda B tras ser subcampeón de liga, únicamente superado por el Onda, que finalmente no subió. 

En la promoción el Burriana se enfrentó al Olímpico Totana, Cornellà y Manacor. Los celestes comenzaron ganando en Totana, posteriormente igualaron en casa ante el Manacor y vencieron en las Islas Baleares y en la cuarta jornada doblegaron en casa al Olímpico Totana. En la penúltima jornada bastaba un empate ante el Cornellà en el San Fernando para certificar el éxito, y así fue, un empate a cero desató la locura en el feudo burrianense. 

Un reto notable 

El reto no iba a ser nada sencillo, el Burriana se iba a enfrentar a clubs históricos como el Castellón, Hércules, Nàstic de Tarragona, Sabadell; filiales como el Valencia B, Barcelona B, Espanyol B o equipos duros de aquel entonces entre los que se encontraban el Gramanet, Terrasa, Cartagonova o el Figueres. 

El debut en la actual categoría de bronce se saldó con un empate a uno ante el Benidorm en Castalia, pues el San San Fernando estaba en obras, y Candelas fue el autor del primer gol. La primera victoria no llegó hasta la quinta jornada, después de sufrir tres derrotas seguidas, y se produjo frente al Alzira. Posteriormente, el equipo de Santi Palau hilvanó seis jornadas invicto, con un triunfo ante el Gandia y meritorios empates frente a Terrasa y Castellón, contra el que igualó a uno en el San Fernando, Braulio avanzó a los albinegros y Mauri empató. 

Una derrota en Gramanet propició la destitución de Santi Palau y la vuelta de Pepe Heredia, héroe del ascensos meses atrás. Con Heredia el equipo venció al Cartagonova y consiguió un triunfo histórico contra el Barcelona B, de Víctor Valdés, Trashorras, Nano, Arteta o Motta, en el San Fernando, gracias a una diana de Mesa. 

Pero en la segunda vuelta la situación no mejoró, la poca eficacia goleadora, segundo equipo con menos acierto cara a puerta, solo superado por el Conquense, y el pobre bagaje fuera de casa, donde solo ganó dos partidos, en el Luis Suñer Picó y en el Cartagonova, en la penúltima jornada, cuando se consumó el descenso al no acompañarle los resultados en otros partidos. Terrassa. Figueres y Hércules, éste último en la última jornada, fueron otros de los equipos que claudicaron en el San Fernando, además del histórico empate en Castalia (0-0). 

Una generación única 

Algunos de los jugadores de aquel Burriana que hizo historia fueron Sangroniz, Tel, Pascual Donat, Mauri, Nicolau, Candelas, Peris, Israel, Manu Irún, Miguel Pérez, David Amiguet, Vicente Roberto y Mesa. Sobre esta base edificó la dirección deportiva el proyecto que pretendía devolver al equipo a Segunda B, y estuvo cerca, porque el cuadro celeste se proclamó campeón por aplastamiento en el curso 2001/02 pero claudicó en el play-off, en una tarde aciaga en el San Fernando frente al Gavà, que terminó subiendo.

Relegado a Preferente  

A partir de entonces el equipo entró en una fase de regresión, provocada por una delicada situación económica terminó hundiéndole al descenso a Preferente en el año 2006, tras varios años flirteando con él. Pero después de unos años de estrecheces el club resurgió de sus cenizas y se clasificó para dos play-off consecutivos, en la primera cayó en el descuento en un envite de infausto recuerdo en Requena y en la segunda sí que pudo sonreír, en este caso ante el Alcoyano B en El Collao. 

La incursión en Tercera solo duró una campaña en un periplo en el que tuvo la permanencia en el bolsillo pero una negativa dinámica en la recta final abocó al Burriana al descenso. Desde entonces el equipo del San Fernando suma ocho temporadas en Preferente, en las que ha disputado cuatro promociones, todas sin éxito.