Los aplausos y vítores dominaron ayer la sede del Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre, en la retransmisión televisiva en directo de la intervención en Davos de Lula. Los aplausos fueron más intensos cuando apostó por un nuevo orden económico y criticó el gasto en armamento. Pero la conexión vía satélite se cortó. Lula seguía en Suiza, mientras en Porto Alegre quedó la certeza de que miles de personas estaban representadas por él.