Cada vez son más los británicos que buscan un lugar en el sol y adquieren una propiedad en España. Según el estudio del grupo bancario Barclays, los ciudadanos del Reino Unido compraron en el 2003 cuatro de cada diez de las casas nuevas que se construyeron en la costa española.

Dos tercios de esos nuevos propietarios adquirieron la vivienda para las vacaciones o pensando en una residencia en la que vivir de jubilados. Esta demanda sin precedentes ha provocado, según Barclays, que el año pasado los precios aumentaran un 21% en las regiones costeras y en las islas Baleares.