Qué lejos quedan los tiempos en que, con solo un chasquido de dedos, el Gobierno socialista recibía el apoyo entusiasta de los grupos minoritarios, con tal de dejar aislado al PP. El giro moderado de Rajoy y el paulatino agravamiento de la crisis económica han roto el aislamiento de los populares y, cada vez con mayor frecuencia, quien se queda solo en las Cortes es el PSOE de Zapatero. Fruto de esta soledad parlamentaria, el presidente se vio ayer forzado a solicitar una comparecencia urgente sobre la crisis --se celebrará el próximo miércoles-- que el Gobierno presentó como voluntaria pese a que, solo unos minutos antes, la habían exigido todos los grupos salvo el PSOE.

Los mecanismos de coordinación entre el Ejecutivo y el grupo socialista en el Congreso empiezan a chirriar. Solo así se explica que el lunes, cuando el PSOE negociaba con CiU algunas de las medidas económicas aprobadas ayer por el pleno, no le reclamara su apoyo para abortar la pretensión del PP y de varios grupos minoritarios de forzar la celebración de una sesión extraordinaria en la que Zapatero rindiera cuentas del frenazo económico.

Ayer, poco antes de que se reuniera la junta de portavoces del Congreso, Ramón Jáuregui (PSOE) sí llamó a Josep Sánchez Llibre (CiU) --mano derecha de Josep Antoni Duran-- para solicitarle que los nacionalistas catalanas no se sumaran al PP. Los diez votos del grupo catalán, junto a los 169 del PSOE, bastaban para impedir esta indeseada comparecencia. Aunque de buen grado CiU le hubiera ahorrado al presidente tan amargo trago, no quería hacerlo en solitario. Aun así, Sánchez Llibre, tan interesado en tender puentes como el PSOE, exploró una solución que al final resultó baldía. El diputado democristiano sondeó la disposición del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, a unir sus votos a los de CiU y el PSOE. Pero Erkoreka se negó a participar en esa maniobra con el argumento de que él mismo había solicitado la comparecencia presidencial, así que Sánchez Llibre se sumó al PP y al resto de minorías en la junta de portavoces para citar a Zapatero. Solo se opuso el PSOE.

"A PETICIÓN PROPIA" Paradójicamente, poco después el Gobierno enviaba un escrito al Congreso por el que el presidente tramitaba, "a petición propia", la celebración de ese mismo pleno monográfico sobre la situación económica que el PSOE acababa de rechazar. La sesión se celebrará el día 2 y, aunque ese día el Congreso no votará ninguna propuesta de resolución que deba inquietar al PSOE, a buen seguro será un pleno de alto voltaje. Zapatero medirá sus fuerzas con un Rajoy de renovados bríos, tras su reelección como líder del PP frente al sector crítico. Y, además, armado con un potente arsenal argumental, puesto que, antes de las elecciones del 9-M, el líder socialista relativizó el impacto de unas turbulencias internacionales que al final han derivado en una crisis de gravedad y duración aún inciertas.

La soledad parlamentaria de Zapatero, apenas aliviada por las iniciativas de índole económica que ayer pactaron en la Cámara baja el PSOE y CiU, se reflejó también en la sesión del Senado. La Cámara alta tumbó la propuesta del Gobierno sobre el límite de gasto presupuestario, condición previa para confeccionar las cuentas del Estado del 2009. El veto de ayer no fulmina el proyecto de ley de Solbes, dado que el Congreso --dejando en evidencia el papel testimonial que juega el Senado-- lo levantará mañana mismo.

Fuentes de la dirección parlamentaria del PSOE admiten que, por ahora, el Ejecutivo carece de apoyos para aprobar las cuentas del Estado del próximo año.