El Gobierno británico se vio obligado ayer a acudir al rescate, por segunda vez este año, de una entidad bancaria tras no encontrar un comprador que se hiciera cargo de la cartera crediticia del banco Bradford & Bingley (B&B), cuyas acciones se hundieron el viernes hasta su mínimo histórico.

La ministra del Tesoro, Yvette Cooper, confirmó la intervención del Gobierno en el B&B. "Nuestra prioridad es proteger los depósitos de los ahorradores y asegurar la estabilidad financiera del sistema bancario", aseguró. B&B es el primer banco del Reino Unido en las hipotecas buy to let, préstamo de hipotecas para la compra de viviendas destinadas a ser alquiladas.

La entidad anunció la semana pasada el despido de 370 trabajadores para adaptarse a una menor demanda hipotecaria y lograr más depósitos de ahorros. El anuncio causó el desplome de sus títulos, que han caído un 90% desde enero. Los medios dan por hecho que el Gobierno nacionalizará los 63.000 millones de euros que tiene en préstamo y los fusionará con el ya nacionalizado Northern Rock.