China es uno de los principales lugares de origen de los contenedores que llegan a los puertos españoles. Como ejemplo, el 18,46% de toda la mercancía que se descarga en el puerto de Barcelona es del país asiático, más incluso que la carga que proviene de otros puntos de España. El principal motivo por el que las importaciones chinas tienen un peso tan significativo son los bajos costes de fabricación en China.

Según fuentes empresariales, un producto del país asiático se vende en las tiendas españolas como mínimo tres veces más caro que el precio de origen de la fábrica. El coste del transporte es relativamente bajo, en comparación con el margen que añaden los grandes distribuidores cuando el producto llega a España (puede ser de hasta el 500%, según las mismas fuentes).

Según estimaciones del sector, transportar un contenedor con capacidad máxima de 20 toneladas desde el puerto de Shenzhen (China) hasta Barcelona cuesta de media unos 2.200 euros.