No está documentada la amistad personal entre Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), y el recién investido presidente del Gobierno español Mariano Rajoy. Pero este último debería jurarle gratitud indeleble al italiano, por cuanto su llegada a la Moncloa ha resultado amortiguada por la alfombra roja de un programa de financiación de la banca europea a tres años sin restricciones. Así, ayer la última subasta del año del Tesoro español resultó balsámica, dados los turbulentos precedentes en la financiación del Estado español en la ya cerrada etapa Zapatero.

El Tesoro colocó 5.639 millones de euros en letras a tres y seis meses con un significativo descenso de la rentabilidad al tiempo que, por segunda vez durante este mes de diciembre, superó el objetivo de la emisión. Adjudicó 3.717 millones de euros en letras a tres meses con un interés marginal del 1,88%, casi la tercera parte del 5,22% aplicado en la subasta precedente. Además de los anteriores, colocó 1.922 millones de euros a seis meses con un interés marginal del 2,53%, menos de la mitad del 5,32% de la anterior subasta.

Economía aún débil

"Ha sido una subasta impresionante para España y un regalo temprano de Navidad", explicó Nicholas Spiro, director general de Spiro Sovereign Strategy en Londres. Desde la City se considera que los fundamentos de la economía española son aún débiles, y que se está más cerca de un segunda recesión que de la recuperación. De hecho, se la sitúa en el centro de la crisis europea de deuda soberana.

Pese a esas dudas, los mercados están más pendientes de la subasta de liquidez que el BCE debe realizar hoy. Se espera una elevada demanda por parte de los bancos, habida cuenta de que el BCE aceptará prácticamente cualquier aval que aporten las entidades. "Si los bancos piden una financiación elevada, será una garantía de que están dispuestos a devolver la liquidez al mercado", comentó un analista de una gestora.

De esta forma, volverán a dar créditos a empresas y particulares y a comprar deuda pública en volúmenes suficientes como para que la rentabilidad descienda a niveles "razonables", lo que les permitirá obtener recursos en el BCE al 1% y comprar deuda pública al 2,5%.