Ahora empieza la segunda fase", la de las medidas de revisión del gasto y las de estímulo al crecimiento. El jefe del gobierno italiano, Mario Monti, saludó de esta forma ayer la aprobación definitiva del primer plan de ajuste aprobado por su gabinete de técnicos, por valor de 32.000 millones de euros. De la suma total, 10.000 millones corresponden a recortes y el resto, a nuevos impuestos. El plan obtuvo 257 votos favorables de los conservadores, progresistas y moderados, contra los 41 de los senadores por la Liga del Norte, que acusaron a Monti de ser "un simple contable".

El Senado modificó ligeramente el plan, con una mayor equidad entre clases altas y bajas. "Es infundado afirmar que pagarán los de siempre", dijo Monti. El proyecto, que no incluye ningún copago sanitario, sube a 1.400 euros mensuales (eran 940) las pensiones, que seguirán beneficiándose del 100% de aumento del IPC. Son el 87,3% del total. Las que superen la cifra serán congeladas por dos años.

Respecto al impuesto sobre la vivienda, el primer inmueble cotizará un 4 por mil del valor catastral y las demás, el 7 por mil. Para las primeras se podrán deducir, además, 600 euros (antes eran 200 euros) del importe final y también 50 euros por hijo hasta los 26 años de edad.

La edad de jubilación aumentará progresivamente hasta alcanzar en el 2018 los 67 años para hombres y mujeres, con penalizaciones para quienes, habiendo ya cotizado durante 35 años, se retiren antes.

Los productos de primera necesidad, como el pan, el aceite, la pasta, los diarios y la primera vivienda entre otros, seguirán beneficiándose como hasta ahora de un IVA del 4%, mientras que el tipo del 10% y del 21% aumentan en dos puntos.

Habrá una tasa progresiva sobre la cilindrada de los coches, un impuesto sobre los capitales financieros (uno por mil en el 2012 y 1,5 por mil en el 2013) y un aumento del gravamen a los intereses bancarios. El decreto suprime el secreto bancario, que aún existía y que "esconde" un promedio de 350.000 euros de ahorros por familia.