Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, abrió ayer un debate que el PP ha estado eludiendo: el del contrato único, una fórmula defendida desde el inicio de la crisis por los sectores ultraliberales de la CEOE. El Gobierno, que podría aprobar su reforma del mercado de trabajo el próximo viernes, no ha fijado una postura única, por lo que los sindicatos han pedido aclaraciones al presidente Mariano Rajoy y a Guindos que se dedique a lo suyo: la reforma financiera.

En un artículo de opinión publicado ayer en The Wall Street Journal, Guindos considera que hay que acabar con las más de 40 modalidades de contratación que hay en España y simplificarlas mediante "un único contrato a tiempo completo", con cláusulas iguales para los nuevos empleados y otro para fomentar la contratación a tiempo parcial.

Guindos opina también que hay que "revisar profundamente" la negociación colectiva para que los salarios se ajusten a la productividad, y no a la inflación. El sistema de retribuciones actual ha sido, según Guindos, "la principal razón de pérdida de competitividad que hemos sufrido en la última década".

BANDERA DE LA PATRONAL El contrato único con una indemnización por despido de 20 días por año trabajado, con un límite de 12 mensualidades, es la bandera de la patronal en el diálogo social. Aunque Guindos no habló del coste del despido que debería tener el contrato único por el que abogó, el vicepresidente de la CEOE, el madrileño Arturo Fernández, juzgó la propuesta del ministro "muy razonable".

El domingo pasado, en una entrevista al diario ABC, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, respondía ante la propuesta de la patronal: "No se va a poner en marcha, porque introduciría más incertidumbre y desconfianza en los trabajadores, y eso sería un enorme error". Sí defendía "extender el uso" del contrato de fomento de la contratación indefinida con una indemnización de 33 días, así como fomentar el trabajo a tiempo parcial y el teletrabajo.

En este confuso panorama la vicepresidenta y portavoz, Soraya Saénz de Santamaría, no arrojó ayer mucha luz. En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros eludió hablar de contrato único y de cuantías indemnizatorias. Reiteró, como dice el programa electoral del PP, que la futura reforma laboral "simplificará" el número de contratos, incidirá en la "flexibilidad interna" y centrará la negociación colectiva en la formación y en la "intermediación". "Por desgracia en España ya hay un contrato único, que es el temporal", dijo Santamaría, en reproche al anterior Gobierno.

Fernando Lezcano, secretario de comunicación y portavoz de CCOO, tachó de "insultante" que haya que conocer a través de la prensa extranjera los planes de Guindos, que calificó de "rejonazo al diálogo social". Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT, pidió al ministro de Economía que, en lugar de asumir las reivindicaciones "más extremas" de la patronal, diga qué piensa hacer con la reforma financiera para que fluya el crédito a las familias y a las empresas para crear empleo.

La vicepresidenta se vio obligada a poner orden en la polémica por las declaraciones del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la edición alemana del Financial Times, en las que puso en duda que España pueda cumplir este año el objetivo de reducir el déficit al 4,4% del PIB. Santamaría resaltó la "voluntad y determinación" del Gobierno para cumplir sus objetivos. "Tenemos

Pasa a la página siguiente