La morosidad bancaria no para de crecer propulsada por la crisis y el paro. La tasa que refleja el volumen de créditos de dudoso cobro por parte de bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito a familias y empresas españolas subió en abril al 8,72%. Se trata de una cota que solo se sitúa a cuatro décimas de su máximo histórico, el 9,15%, alcanzado en febrero de 1994, durante la crisis postolímpica, según los datos del Banco de España dados a conocer ayer.

Todos los analistas coinciden en que este indicador, que supone que de cada 100 euros en créditos, 8,72 difícilmente se recuperarán, se mantendrá al alza durante todo este año. Es por ello que se prevé que la tasa de morosidad superará el récord de 1994 a lo largo del presente ejercicio. Ni la economía crece, ni se reduce el desempleo, ni aumenta el empleo, que son variables que contribuyen a rebajar el riesgo de impago de los créditos, según las previsiones de los organismos internacionales y del propio Gobierno español.

Pero los resultados no son iguales en todo tipo de créditos. Según los datos sectoriales, que se refieren al primer trimestre del año, la morosidad de las hipotecas a particulares se situó en el 3,07 % al cierre de marzo, casi tres décimas más que en el trimestre anterior, pero muy por debajo del indicador general.

Por su parte, la mora del sector promotor inmobiliario se aproximó al 23%, casi dos puntos más que al finalizar diciembre. En concreto, la mora inmobiliaria se situó en marzo en el 22,8%, lo que significa que de los 295.696 millones de euros que debía a la banca el sector de la promoción inmobiliaria, 67.421 millones eran morosos.

UN TOTAL DE 152.740 MILLONES Por su parte, las hipotecas morosas sumaban 19.938 millones a cierre de marzo, de una cartera de 649.602 millones, lo que da una ratio del 3,07%, casi tres décimas por encima del 2,78 % registrado en el periodo inmediatamente anterior. En cuanto al sector financiero, la morosidad de abril equivale en cifras absolutas a 152.740 millones de euros, con lo que supera por primera vez la cota de los 150.000 millones desde junio de 1996.

Los efectos de la crisis son indudables en la relación de la banca con sus clientes. El nivel de morosidad en el 2006 era de 10.859 millones, lo que suponía una tasa de morosidad del 0,72%; y en el 2007, el último ejercicio antes de la debacle económica, de 16.251 millones, lo que supuso una tasa de morosidad del 0,92% y un importe que casi multiplica por 10 el existente en la actualidad. Curiosamente, ese ejercicio, el nivel de crédito total era de 1,76 billones, mayor que el alcanzado en abril de este año (1,75).

El volumen de créditos dudosos en el mes de abril era, a su vez, 4.772 millones de euros superior al contabilizado un mes antes, en marzo de este año, y 37.441 millones de euros superior a la registrada un año atrás.

COCHES Y TELEVISORES En comparación con el mes anterior, la morosidad creció en abril tres décimas con respecto al 8,36% registrado en marzo, cuando, a su vez, se elevó dos centésimas respecto al 8,15 % que se alcanzó en febrero.

En 12 meses, el porcentaje de morosidad creció más de dos puntos porcentuales, ya que abril del pasado 2011 se situó en el 6,35%, equivalente a 115.299 millones de euros de una cartera total de 1,813 billones.

Los establecimientos financieros de crédito (EFC), conocidas como financieras, repitieron el mismo porcentaje de impagados en abril, el 8,62 %, después de tres meses seguidos en el 8,39 %. El crédito dudoso de estas entidades, que conceden básicamente préstamos para la compra de automóviles, muebles o televisores y otros productos de consumo, se redujo en abril respecto al mes anterior, ya que se situó en 3.529 millones, frente a los 3.574 millones de marzo.

Si comparamos estos datos con los que se registraban un año atrás, los créditos impagados de los EFC mejoraban en casi un punto porcentual, ya que en abril de 2011 tenían una mora del 9,59 %. La cartera de créditos dudosos de estas mismas entidades, por su parte, se redujo en 314 millones de euros en 12 meses, ya que en abril del año pasado la cifra era de 3.843 millones impagados.

Estas cifras propiciaron un castigo a los valores bancarios que cotizan en la bolsa. Así, Bankia encabezó las pérdidas, con el 9,02%, seguida del Popular (5,44%), Bankinter (4,69%), el Santander (4,57%); el BBVA (-4,21%) y CaixaBank (-2,32).