Dentro de los plazos previstos por el Ministerio de Economía, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), anunció ayer que vuelve a poner en marcha los procesos de venta de Catalunya Banc (el banco al que CatalunyaCaixa trasladó su actividad financiera) y del Banco de Valencia, que fueron paralizados temporalmente en junio en tanto se concretaba la valoración de la banca española realizada por las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger con el objetivo de determinar los condiciones de ayuda financiera de Bruselas. Previsiblemente, la subasta culminará durante el primer trimestre del año.

El FROB comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el proceso de venta se inicia de acuerdo con los planes de capitalización de las entidades indicadas y dentro del nuevo marco normativo que define la estructura jurídica de la Sareb o banco malo, al cual ambas entidades deberán transferir sus activos inmobiliarios tóxicos --procedimiento que se llevará a cabo antes del final de diciembre-- para llegar a la subasta completamente saneadas.

Como consecuencia, la enajenación de las dos entidades se producirá sin EPA (esquema de protección de activos) o ayuda pública al comprador para compensar pérdidas. Una figura que ya se aplicó en el caso de la venta de la CAM al Sabadell y en la de Unnim al BBVA. Esa circunstancia, en todo caso, hará más exigente el proceso de venta por lo que sólo las entidades con suficiente capacidad financiera tendrán posibilidades de quedarse con alguna de las entidades.

MANTENER EL INTERÉS En el momento de aplazarse la venta, Banco Santander, BBVA, Kutxa, Popular, y Sabadell habían presentado ofertas para hacerse con el control de la entidad catalana. Habrá que ver cuántas entidades mantienen su interés después del último proceso de recapitalización exigido tras los test de resistencia de Oliver Wyman. El Sabadell no ha descartado acudir a la nueva subasta, pero tendrá difícil competir con los dos grandes de la banca española si realmente tienen interés por Catalunya Banc. Por su parte, el Popular está inmerso justo ahora en una ampliación de capital para cumplir con los parámetros exigidos por Bruselas.

En todo caso, quien se quede con esas dos entidades deberá llevar a cabo los planes de reestructuración que se derivan de su actual proceso de saneamiento. En caso contrario, Bruselas podrá impone sanciones. Catalunya Banc llegará a la subasta después de transferir al banco malo activos por valor neto de 9.300 millones de euros, mientras que el banco de Valencia transfiere 2.600 millones.

Precisamente, fuentes del Ministerio de Economía dieron ayer por sentado el banco malo se constituirá antes de diciembre y que recibirá los activos de las entidades nacionalizadas antes de que acabe el año. Entre un hito y otro, explicaron, deberá contar con 3.900 millones de euros en recursos propios, de los que el Gobierno está seguro de que el sector privado aportará 2.200 millones (en torno al 55%).

En una segunda fase, antes de que acabe febrero, la Sareb recibirá los activos de los nuevos bancos que reciban ayudas públicas, y sus recursos se ampliará hasta los 5.000 millones (2.750 millones de accionistas privados): 4.000 millones serán en deuda subordinada y 1.000 millones en capital.

Las cantidades podrían ser menores porque el FROB no descarta que la firma eche a andar con unos recursos propios inferiores al 8% que se había puesto como objetivo. El Gobierno negocia con nueve bancos españoles y 34 aseguradoras su entrada en el capital. El BBVA es "muy reticente", según voces del mercado. "Estamos viendo los detalles y tomaremos la decisión que beneficie al banco y a las sociedades en las que estamos", apuntan fuentes de la entidad.