Los bajos tipos hunden los ingresos de los bancos en España. Es el caso del BBVA (caída del 7,7% del margen bruto hasta septiembre), que ante esta bajada ha decidido meter la tijera en los costes más de lo previsto. Así, recortará 444 empleos (principalmente vía prejubilaciones en una cantidad muy inferior a la de los últimos años) y 100 oficinas (hasta quedarse con una red de 3.305) antes de fin de año, adicionales a los 1.556 trabajos y 436 sucursales eliminados para ahorrar 200 millones al año tras la integración de Catalunya Caixa.
La entidad ha reservado 53 millones de euros para el nuevo recorte en el país y otros 41 millones para el de los servicios centrales del grupo. Lo ha financiado con la venta de parte de su participación en el chino CNCB y prevé un ahorro anual de entre 45 y 50 millones a partir de dentro de dos años. «El control de costes es una prioridad y seguirá siéndolo», advirtió ayer su consejero delegado, Carlos Torres Vela, antes de anunciar que el «año que viene es probable que haya salidas adicionales» y que en los próximos ejercicios se irá «reduciendo el personal pero ordinariamente, sin EREs». Hace unos meses, ya aseguró que a largo plazo podría operar con solo 1.000 oficinas en España.
El ejecutivo subrayó que el grupo está centrado en la rentabilidad y que está dispuesto por ello a crecer menos e incluso a perder cuota de mercado. Ello le ha llevado a reducir el tamaño de su balance, uno de los factores que explican que haya alcanzado en septiembre la solvencia del 11% que pensaba alcanzar en el 2017. El exceso de capital, insinuó, podría llevarle a acelerar el paso del actual dividendo de dos pagos en efectivo y dos en acciones a uno todo en metálico de entre el 35% y el 40% del beneficio.
El BBVA ganó 2.797 millones de euros hasta septiembre, un 64,3% más porque el año pasado sufrió varios resultados extraordinarios negativos. Sin ello, el resultado hubiera caído un 0,6% (o hubiera aumentado un 15% sin el efecto de los tipos de cambio). En España, ganó 621 millones, el 8,8% más. H
