ENTREVISTA

Yolanda Reig (directora del ITC-AIC): «La cerámica puede lograr ciudades más resilientes al cambio climático»

Investigadora, ponente y conocedora del entramado del sector, Yolanda Reig dirige el ITC desde febrero.

Investigadora, ponente y conocedora del entramado del sector, Yolanda Reig dirige el ITC desde febrero.

Natural de Alicante, Yolanda Reig Otero se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de València, y es Doctora en Ciencias de la Alimentación por la Universitat de València. Con una experiencia previa de 11 años en dos empresas del sector cerámico, lleva trabajando en el Instituto de Tecnología Cerámica desde el año 2000 desempeñando el cargo de responsable del Área de Transferencia de Tecnología y Gestión de proyectos de I+D, así como las áreas de servicios de apoyo a la misma. Desde el año 2020 hasta enero de 2024 ocupó el cargo de secretaria del Consejo Rector de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE). Ha colaborado como investigadora en diversos proyectos de innovación y transferencia de tecnología, en la publicación de varios artículos y ha participado como ponente en diversas jornadas y eventos relacionados con la innovación. Como conocedora del entramado del sector y experta en innovación y transferencia de tecnología, contribuyó directamente al desarrollo del primer plan estratégico para el clúster cerámico

--¿Cuáles son sus tres principales metas este 2024 y a largo plazo?

--LOs principales ejes estratégicos están vinculados con el cambio. Queremos ser un modelo de entidad sostenible, ágil y flexible, que la industria de nuestro entorno nos identifique como un aliado confiable y cercano a sus necesidades tecnológicas, como centro referente en rigurosidad de nuestra actividad de investigación. Queremos acometer proyectos que permitan la transición hacia la descarbonización, la digitalización industrial y potenciar el cambio de modelo a la economía circular.

--¿Cuántas empresas confían sus proyectos de investigación a título privado en el ITC, por áreas?

--Actualmente, trabajamos estrechamente con más de 385 empresas y entidades asociadas anualmente. El 63% de nuestros ingresos proviene de la actividad y proyectos encargados por empresas del clúster cerámico, concentrándose en baldosas, fritas, esmaltes y pigmentos y tintas, ladrillos y tejas, materias primas para la producción cerámica, porcelana, loza y cerámica artística, distribución, ingenierías y maquinaria, cerámicas de alta tecnología y productos y procesos auxiliares. El 28% corresponde a compañías de arquitectura y construcción, vidrio y refractarios, otras ingenierías, empresas vinculadas con sostenibilidad y recursos naturales, etc.; y el 9%, universidades, asociaciones empresariales, otros centros tecnológicos o la Administración. 

--¿En cuánto ahorro monetario y reducción de emisiones contribuye la investigación del ITC?

--Es difícil de cuantificar. Nuestro ADN como centro de investigación tiene su origen en la optimización de productos y procesos. Durante muchos años hemos estado y, también ahora, estamos ofreciendo soluciones concretas para la reducción de los costes de fabricación del azulejo, tanto desde el punto de vista de asesoramiento de la plantas industriales (estudios de eficiencia energética, sistemas de adquisición y monitorización de variables de procesos, reducción de mermas de fabricación, identificación y reducción de defectos, sustitución de materias primas, formulación de pastas, modelización, etc.), como por los demostradores y equipos de control que desarrollamos, como por ejemplo para el control de la densidad aparente por RX que evita problemas de descuadres y calibres en la fabricación de baldosas.

   En cuanto al aspecto medioambiental, trabajamos en multitud de proyectos con la vista puesta en la reducción de emisiones. Conocéis perfectamente nuestra inquietud para demostrar tecnologías que descarbonicen el sector, concretamente nuestro trabajo tanto en la electrificación como en el uso de hidrógeno, incluso el uso de la vía seca y granulación para la sustitución de la atomización. Todas estas tecnologías están trabajándose, unas más maduras que otras, pero con las que se vislumbra un futuro cero en emisiones. 

--¿Qué propiedades extra tienen los azulejos y en qué se innova?

--Así es, estamos consiguiendo nuevas funcionalidades y propiedades como la cerámica biocida y viricida; y pretendemos conferirle calidez, conseguir que crezca del sustrato cerámico vegetación para fachadas vegetales. Podemos desarrollar nuevos productos al valorizar el componente sólido presente en residuos de tintas de decoración Inkjet, o lograr piezas con propiedades muy avanzadas para industrias como la aeroespacial; o restaurar patrimonio artístico-histórico, a través de su reproducción mediante fabricación aditiva o 3D. Estamos inmersos en la aplicación cerámica en la edificación, para lograr viviendas más eficientes energéticamente y ciudades más resilientes ante los efectos del cambio climático.

--Su formación en Químicas pero también en Ciencias de la Alimentación, ¿qué plus le aporta al ITC? 

--Una mezcla en realidad curiosa, pero personalmente apasionante. Siempre he pensado que la hibridación de conocimientos te puede llevar a superar barreras de la innovación. Precisamente en el ITC estamos incorporando personas que vienen de otros campos, más allá de la ingeniería química, que nos están aportando valor. Trabajamos en proyectos con la industria alimentaria, como el Life eggshellence: empresas cerámicas y ovoproductoras se unen para utilizar el residuo de cáscaras de huevo en la fabricación de baldosas --nos acaban de dar un premio el Pacto Mundial de la ONU España y la Fundación Rafael del Pino y esto nos llena de alegría--.

O el proyecto Ovoval, que coordina el Instituto Tecnológico del Calzado: aplicamos huevos rotos enteros para obtener nuevos productos cerámicos, suelas y componentes para la industria del calzado y fertilizantes agrícolas. Otro es el Green Brine, coordinado por el Instituto Tecnológico de la Alimentación, con la empresa Aceitunas Cazorla. El ITC diseña y desarrolla membranas cerámicas basadas en arcillas para usarlas en el proceso de valorizar salmueras previo al tratamiento en celdas de combustible microbianas. 

--En la carrera hacia la descarbonización, existen varios proyectos para generar hidrógeno verde y utilizar esa energía en la producción cerámica. También del ITC. ¿en qué punto está su iniciativa?

--El proyecto aún no ha comenzado y la idea es poder desarrollarlo este año. Se han solicitado subvenciones y de hecho hace pocos días visitaron la Planta Hipocarbónica autoridades de la Generalitat.

--¿Se está aplicando la Inteligencia Artificial (IA) en el ITC?

--Sí, en varios proyectos, como Gaiatec (Generative IA and Automated Technologies for Ceramics), con apoyo del IVACE+i y que acabamos de iniciar para desarrollar un sistema inteligente que permita el manejo y análisis de conocimiento en tecnología cerámica. Se podrán realizar consultas de información relevante para el centro: propiedades de materiales y productos cerámicos, características de procesado y funcionamiento de equipos. Y también el proyecto Breathing Well, con IVACE+i, que usa IA para crear una herramienta que mejore la calidad del aire en entornos hospitalarios.

--¿Está llevando a cabo el ITC proyectos para otros países?

--En este momento trabajamos en 12 proyectos europeos con varios países. Todos se orientan a la sostenibilidad, la eficiencia energética, la recuperación de distintos tipos de residuos para convertirlos en productos más sostenibles. Son: Forge, iWays, LightCoce, Reconmatic, InnDIH, Spire-Sais, Life-Hypobrick, Life Eggshellence, Life Nanohealth, Life Replay, Life Auditplus y Life Rewaincer. 

--A nivel de presupuesto, ¿con cuánto cuenta el ITC; busca nuevas vías de financiación?

--Nos movemos en casi 9 millones de euros de presupuesto este año. En 2023 desarrollamos 131 proyectos: 62 con financiación pública; y 69, privada. Este 2024 contamos con 45 proyectos públicos y 38 privados, que esperamos aumentar. Buscamos nuevas vías de financiación públicas con distintas convocatorias y con alianzas.

--¿Se van a renovar o ampliar las sedes de Castelló y Almassora?

--Estamos ampliando y poniendo a punto equipamiento de hornos electrificados, secaderos mediante infrarrojos, cámaras de combustión con hidrógeno, hornos de fritas cerámicas con inducción electromagnética, especialmente, en nuestra Planta Piloto Hipocarbónica, ubicada en Almassora. Seguiremos trabajando en descarbonización, reciclaje de baterías y tecnologías de captura y almacenamiento de CO2. Ello requerirá inversiones en 2024 y 2025. 

--¿La cerámica sostiene una dura competencia como material de construcción en ciertos mercados o ya les ha ganado terreno; cuál es la tendencia?

--Según vemos en estudios publicados por Ascer, cada vez la cerámica va arañando cuota a otros materiales gracias a sus cada vez mejores prestaciones técnicas y oferta en cuanto a diseño y acabados. La versatilidad del material y sus ventajas son superiores a otros materiales por lo que el potencial de crecimiento es grande todavía.  

--Tras el fatídico incendio en Campanar (València) se ha hablado mucho de materiales aislantes e ignífugos en fachadas como las ventiladas, ¿queda recorrido para una cerámica aún más ignífuga?

--Los productos cerámicos, todos ellos, están clasificados como clase de reacción al fuego A1, es decir, los que en ningún caso pueden contribuir en un incendio. Esta clase está incluida en una escala (A1-A2-B-C-D-F), donde A1 es la mejor clasificación, D la peor y F sin clasificar. No obstante, otro factor es la clase de reacción al fuego de los materiales instalados detrás del revestimiento. En el caso de que el aislamiento térmico sea un sustrato mineral (mínimo clase A1) se mantendrá esta clasificación; pero si es de poliestireno, poliuretano, la clasificación de reacción al fuego del todo el sistema de fachada ventilada será la clasificación de reacción al fuego del material de aislamiento utilizado. La cerámica ya de por sí es ignífuga, no puede serlo más. 

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