Representantes de CiU y PNV y de las formaciones a la izquierda del PSOE arremetieron ayer contra la orientación que la Conferencia Episcopal dio a la visita y al mensaje de Juan Pablo II a Madrid, por entender que estuvo dirigida a favorecer electoralmente al PP. Estos dirigentes expresaron también su disgusto por no haber sido invitados a saludar al Papa --de la oposición, sólo fue el líder del PSOE--, en contraste con José María Aznar que estuvo con su familia casi al completo.

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, abrió el fuego en Catalunya Radio al afirmar que la organización de la visita papal siguió los criterios más convenientes para los intereses de Aznar. Se preguntó "¿quién ha organizado el viaje?, por qué se ha realizado en un momento electoral, y ¿quién escribió lo que leyó (el Papa)?", y añadió que "si la Conferencia Episcopal ha llevado todo el tema, evidentemente ha seguido la política que mejor convenía a Aznar en este momento".

Sobre el consejo del Papa a los jóvenes para que "se mantengan lejos del nacionalismo exasperado", el líder del PNV manifestó que "de quien deben apartarse (los jóvenes) es de Aznar". Iñaki Anasagasti acusó por carta al presidente de los obispos españoles, Antonio María Rouco, de haber convertido la visita en "un precioso acto electoral del PP".

NACIONALISMO ESPAÑOL

Los dirigentes de CiU no dudaron en aplicar al Partido Popular el calificativo de "nacionalismo exasperado" sobre el que alertó el Pontífice. Marta Llorens, secretaria general de Unió Democr tica, lamentó que Juan Pablo II no hubiera encontrado un hueco en su agenda para recibir a los líderes de su partido y que, en cambio, se hubiera visto con "representantes del nacionalismo exacerbado que él mismo denuncia". Llorens dejó claro que se refería a los populares, porque ese calificativo "no pasa por los nacionalismos que algunos llaman periféricos, sino por los considerados centralistas por la periferia". En la misma línea, el secretario general adjunto de CiU, Pere Macias, calificó de nacionalismos exasperados al "español y al americano" que, dijo, han causado "problemas importantes", en alusión a la guerra en Irak.

La falta de alusiones de Juan Pablo II al conflicto bélico acaecido en Irak llevó al líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, a preguntarse si le aconsejaron no hacer referencia a la "defensa de la diversidad y de la paz, lo que resulta muy significativo, ya que se encontraba ante el principal gobernante católico (Aznar) que ha defendido la guerra contra Irak".