La Ertzaintza impidió ayer la celebración en San Sebastián de un homenaje a tres etarras, que había sido prohibido por el Departamento de Interior vasco. Un amplísimo despliegue policial impidió que las doscientas personas que acudieron pudieran llevar a cabo el acto en recuerdo de los tres integrantes de ETA Iñaki Ormaetxea, Patxi Itziar y Jokin Leunda, muertos hace 16 años en un enfrentamiento con la Guardia Civil.

El acto había sido prohibido el jueves, y como suele suceder en estos casos, los organizadores lo desconvocaron minutos antes de la hora prevista para el inicio, con la intención de evitar responsabilidades legales, pero no de suspender el homenaje, que los presentes intentaron mantener. Entre ellos se encontraban dirigentes de la izquierda aberzale como Joseba Álvarez, miembro de la mesa nacional de Batasuna, o Juan Mari Olano, portavoz de la asociación en favor de los derechos de los presos Askatasuna.

Los familiares de los tres etarras fallecidos se pusieron al frente de la marcha, pero fueron inmediatamente interceptados por el cordón policial. Varias personas optaron por depositar en un terreno cercano las fotografías que portaban de los miembros de ETA, pero los agentes retiraron inmediatamente las imágenes e identificaron a algunos asistentes.

Ante la actuación policial, se vivieron momentos de tensión y gritos de los asistentes contra los ertzainas, a quienes llamaron "txakurras" (perros) y "asesinos". También se corearon lemas contra el PNV y a favor de ETA, y frases como "el pueblo no perdonará".

SENTIMIENTOS Los ertzainas permitieron que varias personas pusieron flores en el suelo. Tras el canto del eusko gudariak (himno al soldado vasco), Josu Ormaetxea, hermano de uno de los etarras a los que se quería homenajear, se acercó a los periodistas para afirmar que también tienen sentimientos, "a pesar de que algunos piensen lo contrario" y que les asiste el derecho a recordar a sus familiares sin que se pueda oponer "ni Ibarretxe, ni Zapatero".