La banda terrorista ETA hizo estallar ayer un coche bomba en un aparcamiento de la Universidad de Navarra, en Pamplona, a las 11 de la mañana y en un día lectivo. La onda expansiva causó 22 heridos leves y graves daños materiales, pero pudo ser mucho peor. Un error, deliberado o no, del terrorista que intentó advertir a las fuerzas de seguridad a punto estuvo de provocar una masacre, ya que fue imposible hallar el artefacto y detonó de forma imprevista en medio del campus, por donde pasan cada día miles de personas. Como afirmó el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, "pudo haber sido una gran tragedia".

Los terroristas robaron el vehículo donde ocultaron la bomba el miércoles por la noche en Zumaia (Guipúzcoa), y en apenas unas horas lo situaron junto al objetivo con el artefacto ya preparado. Esta demostración de fuerza y capacidad operativa se realizó dos días después de que la policía detuviera a tres etarras en Navarra y una en Valencia, que formaban parte de un comando recién constituido.

La policía baraja dos alternativas sobre los autores. Puede tratarse de etarras que lograron escapar de la desarticulación del comando navarro, o un grupo asentado en Guipúzcoa o Vizcaya. El objetivo no ofrecía excesivas dificultades, ya que el acceso al campus es sencillo.

REIVINDICACIÓN CONFUSA La Universidad de Navarra, institución privada perteneciente al Opus Dei, ya había sido víctima de otros cinco atentados. Esta fijación de los etarras obedece a que la consideran el "centro político, espiritual y económico" donde se forja la clase "tecnocrática y centralista".

El coche bomba fue colocado junto al Edificio Central del recinto universitario, donde trabaja principalmente el personal administrativo. La fuerte lluvia contribuyó a que no hubiera personas junto al vehículo, aparcado al aire libre. Como consecuencia de la deflagración, más de 20 coches estacionados quedaron destruidos por las llamas.

Una hora antes de la explosión, una persona que se identificó como miembro de ETA llamó a través de un móvil desde algún punto de Guipúzcoa a la DYA de Álava. Avisó de la colocación de un coche bomba, que identificó como "un Peugeot de color blanco", en "el campus de la universidad", pero no especificó la localidad ni la provincia. La Ertzaintza se desplazó al campus de Vitoria e incluso tomó "cautelas" en las del resto del territorio del País Vasco, pero sin sospechar en ningún momento que la confusa reivindicación de la banda terrorista se refería a la Universidad de Navarra.

Los trabajadores y alumnos de del centro educativo mostraron su indignación con el atentado. Muchos de ellos acusaban a los terroristas de "asesinos", capaces de poner una bomba en una universidad. "¿Qué hemos hecho los estudiantes?, gritaba un joven entre insultos a los etarras. "Venimos aquí simplemente para estudiar y al final estamos vivos de milagro", exclamaba otro. En los primeros minutos tras la explosión, la mayor parte de los afectados se afanaban en llamar por el móvil a sus familiares para dejar constancia de que estaban bien. En unos minutos, miles de personas tuvieron que ser desalojadas de aulas y dependencias entre la confusión.

Las condenas llegaron desde todos los partidos, excepto del entorno de Batasuna, que se limitó a considerar lo sucedido como "una muestra de la crudeza del conflicto político y armado que vive nuestro pueblo". En San Salvador, José Luis Rodríguez Zapatero y el Rey, que se encontraban en la Cumbre Iberoamericana, recibieron el apoyo de todos los líderes presentes en el acto.

"PRINCIPIO DE LOCURA" El presidente del PP, Mariano Rajoy, apeló a la unidad en la lucha contra el terrorismo tras afirmar que el atentado demostró que cualquier persona puede ser "objetivo" de ETA. Por su parte, el lendakari, Juan José Ibarretxe, aseguró que con esta acción, los terroristas han llegado a una "degradación ética inmoral, inmensa e infinita" que "impacta" en la propia izquierda aberzale. Ibarretxe observó en estas actuaciones "un principio de locura". El presidente de la comunidad navarra, Miguel Sanz (UPN), rechazó que los "criminales" no respeten ni la universidad, "que tanto representa para la comunidad y para España".