El comité federal del PSOE esperaba con ansiedad la intervención de Zapatero. Llegaba después de los comicios gallegos y vascos, y tras una crisis de Gobierno provocada por la intensidad de la recesión económica. El secretario general del PSOE pidió a los dirigentes socialistas "calma y paciencia" para ver en poco tiempo el resultado de las medidas que se han ido aplicando. Pero admitió que la recesión "aún no ofrece señales claras de remisión". Zapatero enlazó la situación económica con las elecciones europeas. Acusó al cabeza de fila del PP, el exministro Jaime Mayor Oreja, de ser el dirigente que "más alejó a España del corazón de Europa". Y contrapuso las políticas sociales de intervención pública frente a las "recetas neoliberales" del PP.