El rechazo a la violencia y la preocupación por el efecto que lo ocurrido ayer tenga en la legitimidad y las simpatías cosechadas hasta ahora del movimiento 15-M son las ideas predominantes en el mundo universitario y el tejido asociativo. Unas voces que siguen creyendo que hay motivos para la indignación, pero no espacio para la violencia.

"Ya les dije que bloquear el Parlament no era una buena idea", explicó Arcadi Oliveres, presidente de la oenegé Justícia i Pau, que también quiso destacar que "las acciones violentas han sido escasas, solo eran cosa de 10 o 12 personas". El catedrático de Economía Vicenç Navarro añade: "Ha sido un error no permitir a los parlamentarios entrar y salir del Parlament. Era un fallo fácil de prever, porque los medios lo han usado para desacreditar el movimiento".

Aunque con retraso, hubo un comunicado de AcampadaBcn condenando "los minoritarios actos violentos". El texto destaca que la gran mayoría de manifestantes participó sin violencia en un acto de "desobediencia civil". La Acampada de Puerta del Sol, en Madrid, y el movimiento Democracia Real Ya se desmarcaron de todo acto violento.