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Tensión independentista

Turull pide unidad en Junts para presionar a ERC y evitar la ruptura del Govern

Los republicanos han comunicado a sus socios que no cederán a sus tres demandas, al menos, hasta que se recupere la confianza mutua

Jordi Turull y Laura Borràs.

La resaca del día después de la cumbre entre ERC y Junts dio pie a una curiosa coincidencia entre ambos partidos: las dos fuerzas creen que la pelota está en el tejado del adversario. Pero con matices distintos. Así, mientras los republicanos se hallan, sobre todo, expectantes, en el campo posconvergente, el secretario general de Junts, Jordi Turull, reclamó, en la ejecutiva del partido, unidad entre los dos grandes sectores de la fuerza, los que provienen de la escuela política de CDC/CiU y aquellos cuyo origen se sitúa en el activismo independentista, para poder negociar con Esquerra y tener capacidad de presionarlos, según relatan varias fuentes. Otras añaden que la facción de Laura Borràs se halla satisfecha por el rumbo de salida del Govern que toma el asunto y cuenta, además, con el aval del 'expresident' Carles Puigdemont. "Turull está atrapado por su propia decisión de lanzar un ultimátum", concluye una fuente.

Un ultimátum estructurado en tres exigencias. La creación de una coordinación estratégica del 'procés', la unidad de acción de los grupos parlamentarios en Madrid y la reconversión de la mesa de diálogo para que se centre, solo, en la amnistía y la autodeterminación, "no Rodalies". De los tres puntos, según aseveran fuentes posconvergentes, el prioritario es el flanco madrileño, poco menos que lograr que los actuales grupos parlamentarios de ERC (13 diputados) Junts (4 escaños) se conviertan, en la práctica y en cuanto a la relación con el Estado, en una única voz con representantes. Una propuesta que los republicanos nunca se han molestado ni en discutir, por cuanto entienden que los posconvergentes tratan de ganar así una influencia y poder decisión que las urnas no les ha dado.

Esquerra cree que Junts "quiere meter el lío en el Govern para disimular así su guerra interna"

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Baste recordar lo dicho por Oriol Junqueras, el pasado sábado, en una entrevista a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario . Preguntado sobre esa entente en las Cortes, el presidente de ERC dijo "estar a favor" de la coordinación, y que el número de iniciativas votadas en el mismo sentido por posconvergentes y republicanos era abrumadora, pero al tiempo se mostró convencido de que "esta coordinación se basa en respetar la mayoría democrática". Según fuentes presentes en la cumbre del miércoles, los representantes de Junts exigieron a ERC que tuviera en cuenta que en el Parlament son 33 y 32, y que la acción de gobierno así debe reflejarlo.

La prioridad de los posconvergentes es arrancar la coordinación con ERC para ganar peso en Madrid

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Los 'consellers' y la mesa

Entre la salida de Junts de la alineación del Govern para la mesa de negociación -tras vetar el 'president' Pere Aragonès que los representantes del partido no fueran miembros, a su vez, del Govern-, hasta el día del ultimátum, el sector 'activista' comandado por Borràs ha vertido aceradas críticas al Executiu por abandonar paulatinamente, señalaban, el camino hacia la independencia. Ahora bien, fuentes de Junts apuntan que están dispuestos a retocar la delegación para que sólo acudan 'consellers' siempre que se pacte que sólo se hablará de cómo volver a votar en una consulta y de una solución para los que han tenido o siguen teniendo causas judiciales abiertas por el convulso otoño de 2017.

En este contexto es donde ERC entiende que el 'tomas o lo dejas' de Junts no es más que "una huida hacia adelante, una externalización al Govern de los problemas internas que sufren". Unos problemas que se agravan cuando la ANC aventa su plan de concurrir a las elecciones con una lista cívica propia. El fantasma de la escisión va cobrando fuerza. Y ante esto, ERC ha trasladado que no cederán a las demandas. Convirtiendo, así, el ultimátum en un "bumerán", como definió un alto cargo de ERC y coincidió otro de Junts.

"Turull ya no controla qué pasará, depende totalmente de Aragonès", señalan fuentes del Govern. A todo ello hay que añadir que el partido se ha comprometido a una consulta a las bases sobre si salir o no del Govern, con lo cual el riesgo de ruptura existe por mucho que la dirección promoviera que hay que permanecer en el Ejecutivo. Turull tiene ante si una tarea de orfebrería: tratar de buscar una salida discreta con ERC, que pueda contentar a Borràs y que las bases no vean como una cesión a los republicanos. El secretario general, dicen los suyos, está llevando a cabo una gestión inteligente y ha ganado algunas partidas a la presidenta del Parlament suspendida. Pero esta vez la tensión es tal que incluso los 'consellers' más optimistas muestran su preocupación.

La tensión interna en Junts es tal que incluso los 'consellers' más optimistas andan preocupados

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Los puentes

Para obtener esa concesión, Turull cuenta a su favor con la buena relación que trabó con el presidente de ERC, en todo el periodo de encarcelamiento, y la excelente entente que demostró con la secretaria general republicana cuando él era el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí y, ella, la portavoz.

En JxCat temen que, pese a una salida del Govern, ERC pretenda aguantar el resto de legislatura

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El temor del sector partidario de no salir del Govern es "quedarse fuera durante meses porque, barruntan, ERC no convocaría elecciones sino que seguiría gobernando, tratando de agotar la legislatura". Y las ventanas mediáticas y de influencia estando en la oposición son mucho menores que cuando se ejerce el poder. El que prefiere la salida, apunta a una oposición "total" para rascar votos de cara al multiticlo electoral que se avecina.

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