Modificaciones

El loco carrusel de cambios en el Principado de Asturias: la estructura "rompedora" que rompió y la mujer que ocupó tres puestos en tres días

Un sucesión de giros sin precedentes en la política regional

Adrián Barbón bebe agua en la sede de la Presidencia del Principado, el pasado martes.

Adrián Barbón bebe agua en la sede de la Presidencia del Principado, el pasado martes. / | Miki López

Xuan Fernández

Vanessa Gutiérrez, que se sepa, sigue siendo la viceconsejera de Cultura y Deporte del Gobierno autonómico de coalición en Asturias. La de Urbiés tiene un récord: en solo tres días ha ocupado tres puestos diferentes sin llegar a ejercer dos de ellos. Ha sido viceconsejera de Cultura, "súperconsejera" de un macrodepartamento que duró 39 horas y, finalmente, y si no hay otro volantazo más, será consejera a secas con las competencias que ya gestionaba, Cultura y Deporte. Puestos aparte, el cambio es radical. El lunes, Gutiérrez se acostó con la responsabilidad de tener que gestionar el departamento que más dinero maneja del Gobierno, más de 600 millones, solo por detrás de Salud, y un área en constante conflicto. Ya no tendrá que preocuparse por eso. Ayer, se fue a la cama con el deber de seguir liderando la política cultural, que es su sector, con 60 millones en cartera. La Viceconsejera, que seguirá cobrando lo mismo pese al ascenso, es uno de los nombres clave de la semana más inestable del Ejecutivo en lo que va de legislatura. Han sido siete días de alto voltaje que, según algunos, deja tocado al gabinete.

Una estructura "rompedora". El cambio de criterio de Barbón es innegable. El Presidente, que desde el lunes va a comparecencia diaria, dijo el martes en Presidencia que la reestructuración en el Gobierno que incluía la nueva "macroconsejería" de Derechos Sociales, Cultura, Política Llingüistica y Deporte, sería "novedosa y rompedora". Y rompió al día siguiente, porque nunca verá la luz. El Presidente destacó ayer que la última vuelta de tuerca –crear la consejería de Cultura y Deporte y mantener la de Derechos Sociales– "es la mejor solución". Según varias fuentes cercanas al Gobierno, Barbón ha librado así de un enorme "marrón" a Gutiérrez, que ya se estaba haciendo a la idea de asumir una Consejería mastodóntica que siempre es una fuente de problemas.

La rectificación de Barbón calma en parte a IU, pero la tensión sigue en el seno del Gobierno

Todo empezó con el BOPA. Los últimos tres días han sido de tormenta. Pero, en realidad, la crisis de Gobierno empezó a cocerse mucho antes. El martes de la semana pasada, el Principado firmó un decreto que salió publicado el viernes en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA). En el mismo, se establecía que la consejería de Presidencia, dependiente de Barbón, asumiría las contrataciones para satisfacer "las necesidades administrativas de la Viceconsejería de Cultura". Como Gutiérrez no tenía rango, y según el Principado no le reconocían en determinadas "conferencias sectoriales", el Presidente optó por esa vía. De este modo, se solucionaría el bloqueo. Pero la misma duró unas horas. El propio Presidente, el jueves, activó la tormenta perfecta: Melania Álvarez, de consejera de Derechos Sociales pasaría al Senado por designación autonómica y Gutiérrez asumiría la nueva "macroconsejería". El puzle se completaba con el fichaje de Rafael Oñate como director adjunto al gabinete de Presidencia, que es lo único que no ha sufrido modificaciones desde su primer anuncio, que ahora parece muy lejano. El viernes, Álvarez dijo sí en Pola de Somiedo, donde hubo consejo de Gobierno, y el sábado Gutiérrez fue informada de su nuevo cometido. Con total sigilo, Barbón lo anunció en la Federación Socialista Asturiana (FSA) el lunes y el martes lo repitió en Presidencia. Tras un día de críticas, de la oposición, de su socio y de varios sectores, rectificó: la "macroconsejería" no existirá.

De la llamada de Llamedo al vídeo con Zapico. La crisis de Gobierno no se entiende sin la reacción de Izquierda Unida (IU), el socio minoritario, que se irritó al máximo con el primer volantazo de Barbón. En IU, que apuntan directamente al Presidente tras todo lo sucedido, no gustaron ni el fondo ni las formas. El lunes, Gimena Llamedo, vicepresidenta, salió del salón donde la FSA celebraba la ejecutiva hablando por teléfono y tapándose la boca por si alguien le escuchaba. "Espera, ahora te digo, que está aquí la prensa", dijo, tranquila y sonriente, mientras salía del edifico. Llamedo hablaba con Ovidio Zapico, consejero de Ordenación de IU, al que estaba informando de las últimas decisiones. Aunque Barbón justificó esa comunicación, en IU no dieron crédito. En público, la crítica no fue muy excesiva, pero en privado la tensión fue máxima. No hubo ningún amago de ruptura de Gobierno –IU ni lo contempla–, pero sí una desconfianza total en las relaciones. En su rectificación, Barbón cuidó esta vez la manera de comunicárselo al socio. Pasadas las 8 de la mañana de ayer, Barbón llamó a Zapico para ponerle al tanto. Esta vez, a diferencia del lunes, la llamada fue de líder a líder. Luego, ambos se reunieron antes del pleno en la Junta para perfilar los detalles. Y después, en un paseo calculado que Barbón compartió en sus redes, los dos entraron juntos en el hemiciclo, accediendo por el pasillo que comunica la Junta con la sede de Presidencia. IU estaba ayer más calmado con el PSOE, por lo que se interpreta que el "contravolantazo" ha aliviado algo la tensión, aunque no del todo. Esta semana ha hecho mucha mella en la relación entre los dos socios y ha elevado la desconfianza de IU respecto a Barbón, mientras el PP contempla el panorama con mucha satisfacción.

Barbón, un "director de orquesta" que busca sorprender. El presidente, un político estratega, ha desconcertado a todos en los últimos días, con un ritmo frenético de anuncios y rectificaciones. Aunque él, seguro en su discurso, está decidido a hacer de la necesidad virtud y enmarcar los cambios en su capacidad de escucha. "Todo cambio genera dudas y empatizo con los que dudan", aseguró. En toda la tormenta, el Presidente asumió la responsabilidad. "Soy el director de orquesta", repitió. En círculos cercanos al Gobierno, apuntan que "la sensación de improvisación es total", aunque recalcan que el liderazgo de Barbón sigue intacto, porque nadie en el partido ha discutido los movimientos. Nunca la política regional vio tantos giros en tan poco tiempo.

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