Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos, en el Obrador San Francisco de Madrid, donde ha conseguido implantar el acento de Castellón
MEDITERRÁNEO
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.
Antonio Ramos Fabregat fue uno de tantos castellonenses afectados por la crisis inmobiliaria de la pasada década. Topógrafo y jefe de obra hasta 2013 tuvo que reinventarse para introducirse de nuevo en el mercado laboral y pese a que comenzó a estudiar ingeniería informática, finalmente su afición a hacer pan en casa fue convirtiéndose en su trabajo… hasta hoy, cuando dirige uno de los despachos más conocidos de Madrid y elabora, entre otros productos, la friolera de mil panquemaos en su Obrador San Francisco situado en el barrio de La Latina.