Treinta y seis días ha permanecido en prisión Javed Iqbal, el ciudadano paquistaní de 47 años residente en Barcelona y detenido en febrero en Islamabad acusado de haber colaborado en la financiación de los atentados contra hoteles y otras sedes estratégicas de Bombay a finales del 2008. La investigación del caso, no obstante, se mantiene abierta en Pakistán. "Pienso regresar a España en cuanto la investigación y el proceso judicial acabe", declaró por teléfono el propio Javed Iqbal a este diario desde Islamabad.

El nombre de Javed Iqbal fue mencionado por el ministro paquistaní del Interior, Rehman Malik, en la rueda de prensa en la que anunció la detención de seis personas acusadas de cooperar en la planificación de los ataques terroristas contra la capital económica de la India, en los que murieron al menos 173 personas. La intención del dirigente paquistaní, --bajo intensas presiones desde la India, que acusaba a su vecino de proporcionar un santuario en su territorio a los responsables de los ataques-- era subrayar que dichos atentados también habían recibido apoyo logístico desde fuera de Pakistán, en países como España o Italia. Según aseguraron entonces fuentes paquistanís, durante años el papel de Iqbal había sido el de recaudar en Europa Occidental fondos para enviarlos a yihadistas paquistanís.

En declaraciones a este diario, Iqbal negó todas las acusaciones de terrorismo. "El Gobierno dice que la principal razón de mi arresto radica en que una copia de mi pasaporte fue hallada en Italia; pero yo nunca he estado en Italia", aseguró.