Un imponente dispositivo policial vigilaba ayer el barrio Este de Belfast en el que, desde el lunes, se han venido registrando violentos enfrentamientos entre grupos de republicanos y lealistas. En el intercambio de disparos, cócteles molotov, ladrillos, palos y piedras, el martes por la noche resultó herido de bala en una pierna un fotógrafo y otra persona acabó con el cráneo roto, aunque sus vidas no corren peligro.

Los incidentes, orquestados, según las fuerzas de seguridad, por los paramilitares de la llamada Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), comenzaron cuando unos 200 lealistas enmascarados atacaron el vecindario católico de Short Strand, en una zona protestante. Los republicanos respondieron al ataque, que volvió a repetirse con igual virulencia la siguiente noche.

La llegada del verano coincide en el Ulster con el inicio de las marchas unionistas, motivo de tensiones entre católicos y protestantes.