Ghislaine Maxwell, que fue pareja y socia del financiero Jeffrey Epstein y que en diciembre fue condenada como aliada de su trama por delitos de tráfico sexual, conspiración y transporte de una menor para actividad sexual ilícita, ha sido sentenciada este martes a pasar 20 años en la cárcel y a pagar una multa de 750.000 dólares.

La decisión la ha adoptado en un tribunal de Nueva York la jueza Alison Nathan, que ha determinado que debía usar para la sentencia directrices de la época en que se cometieron los abusos, entre 1994 y 2004, y no las actuales. Con ello la pena para Maxwell ha quedado por debajo de la sentencia de entre 30 y 55 años de cárcel que solicitaba la fiscalía. 

Maxwell ha sido condenada por participar directa y repetidamente y a lo largo de muchos años en un plan para atraer, transportar y traficar con niñas menores de edad, algunas de tan solo 14 años. "Normalizó el abuso sexual" y el daño hecho a estas chicas jóvenes fue incalculable, por lo que "requiere una sentencia substancial": "El Estado de Derecho exige que tanto si se es rico como poderoso o totalmente desconocido, nadie está por encima de la ley".

El caso de Maxwell, de 60 años de edad, se ha seguido con expectación y ha contribuido a arrojar luz sobre la trama de abusos sexuales que urdió Epstein. Y aunque la defensa ya ha avanzado que apelará, envía a prisión a una mujer que al menos durante una década estuvo reclutando a jóvenes menores de edad y preparándolas para que fueran sexualmente abusadas por el financiero, participando a veces personalmente en esos abusos.

Testigo de Maxwell

Tras escuchar los testigos de las víctimas de Maxwell, la condenada ha lamentado el dolor y la angustia de las declaraciones: "El terrible impacto en las vidas de tantas mujeres es difícil de escuchar y aún más difícil de asimilar, tanto en su escala como en su extensión". Aun así, ha aceptado que quería reconocer ese sufrimiento: "Empatizo profundamente con todas las víctimas de este caso".

La condenada ha expresado que su expareja Jeffrey Epstein, era un hombre manipulador, astuto y controlador que vivía una vida profundamente compartimentada y "engañaba a todos los que estaban en su órbita".

Teorías conspiratorias

Epstein, arrestado e imputado en julio de 2019, falleció un mes después de su detención en una cárcel en lo que fue considerado oficialmente como un suicidio. Aquella certificación no evitó que se dispararan teorías conspiratorias, especialmente dadas las numerosas personalidades destacadas, de la política, la academia, los negocios sobre las que se extendieron sombras por su cercanía con el financiero. 

Ninguna de esas figuras de renombre se ha visto más señalada en este caso que el Príncipe Andrés de Inglaterra, acusado por una de las víctimas de Epstein y Maxwell, Virginia Giuffre, de haberla forzado a mantener relaciones sexuales. El príncipe llegó en febrero a un acuerdo extrajudicial para evitar el juicio civil pero la casa real británica le ha alejado por el escándalo de las actividades oficiales y le ha despojado de sus títulos militares. 

Con el arresto de Maxwell en julio de 2020 en la lujosa residencia rural en que se había escondido en New Hampshire, y con su proceso judicial, la defensa ha asegurado que las autoridades trataban de tapar errores y que su clienta era el chivo expiatorio que sentaban en un banquillo en el que no pudieron llegar a colocar a Epstein. Pero la justicia dictaminó que ella también fue una “depredadora sofisticada que sabía exactamente lo que estaba haciendo”, que manipuló a las víctimas y las preparó para el abuso sexual y que, además, ayudó a “normalizar” esos abusos, estando presente cuando los cometía Epstein o participando en ellos. Como recordó la fiscalía en el juicio, además, Maxwell ha mostrado “falta absoluta de remordimiento”.