Encuestas a favor

El Partido Laborista prepara su ofensiva final para recuperar el poder en el Reino Unido

Las últimas encuestas dan una cómoda ventaja a los laboristas con cerca de un 46% de los votos, gracias al desgaste de los 'tories' tras más de una década en el poder y al giro al centro del actual líder de la formación progresista, Keir Starmer

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer.

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer. / EP

Lucas Font

El Partido Laborista acaricia el poder en el Reino Unido tan solo cuatro años después de la debacle electoral de 2019, cuando el entonces candidato y líder de la formación, Jeremy Corbyn, obtuvo el peor resultado de los últimos 88 años. Las últimas encuestas dan una cómoda ventaja a los laboristas con cerca de un 46% de los votos –frente al 26% del Partido Conservador–, gracias al desgaste de los 'tories' tras más de una década en el poder y al giro al centro del actual líder de la formación progresista, Keir Starmer, que está cumpliendo con el objetivo de recuperar la confianza de los votantes más moderados.

Starmer ha roto radicalmente con el legado de su predecesor en el cargo y se ha centrado en desmontar la imagen de un partido aparentemente incapaz de gestionar la economía y poco orgulloso de los símbolos nacionales. El patriotismo del que hace gala siempre que tiene ocasión está destinado a aquellos votantes envejecidos y de núcleos urbanos antiguamente industrializados, tradicionalmente laboristas, que se decantaron por el Partido Conservador en las últimas elecciones, atraídos por las promesas del Brexit. Este mensaje renovado parece estar funcionando especialmente en el norte de Inglaterra, feudo histórico del laborismo.

Giro al centro

La llegada de Starmer supuso un regreso a las esferas de poder dentro del partido de las facciones más cercanas al centro ideológico. Grupos como Progressive Britain Labour First, alejados de las posiciones más izquierdistas, han cogido el testigo en la toma de decisiones a nivel orgánico y han condenado a otras facciones cercanas a Corbyn, como Momentum, a un papel prácticamente testimonial. "Cuando una parte del partido está en ascenso, la otra parte tiene que descender", asegura el jefe de políticas y comunicaciones de Progressive Britain, Tom Collinge. "Entre 2015 y 2019 su facción estaba en ascenso, pero a partir de 2019 dejó de estarlo y eso les alejó [de la toma de decisiones]".

Los laboristas son conscientes, sin embargo, de que la unidad en torno a la figura de Starmer es una de las claves para el éxito electoral. Una unidad que por ahora está consiguiendo en la Cámara de los Comunes, con muy pocas voces díscolas, incluso entre los parlamentarios más afines al ala izquierdista del partido. "Starmer ha sido bastante implacable, como deben ser los líderes de los partidos si quieren ganar el poder”, explica el politólogo Nicholas Allen, profesor de la Universidad de Londres. "Sin duda ha instaurado la disciplina, y el hecho de que el partido esté por delante [en las encuestas] le da una mayor autoridad", destaca.

Puntos débiles

El carácter poco carismático y apagado de Starmer puede jugar en su contra, según los analistas, aunque dentro del partido consideran que lo más importante es crear una imagen de un buen gestor que genere confianza a los electores. "Venimos de tener a un primer ministro carismático, Boris Johnson, que era una versión barata y empeorada de Donald Trump", asegura Collinge. "No creo que los británicos estén reclamando una personalidad grande y fanfarrona, sino más bien a alguien que les dé estabilidad y seguridad. Y Starmer tiene esas cualidades", añade.

Pero las propuestas políticas bajo su dirección siguen siendo todavía una incógnita. El líder laborista está evitando comprometerse antes de tiempo para atraer a los votantes de un espectro político lo más amplio posible, que abarque desde las posiciones más progresistas hasta los votantes más moderados. "En el momento en el que la oposición empieza a exponer sus políticas, el Gobierno tratará de atacarlas o potencialmente robarlas", señala Allen. "El Partido Laborista está siguiendo el manual estándar de lo que debe hacer en este momento: no asustar a los caballos". 

Descalabro 'torie'

Más allá de los aciertos y de los errores propios, gran parte del éxito de los laboristas en las encuestas reside en los tropiezos de un Partido Conservador incapaz de recuperarse de los vaivenes del Brexit, de la gestión de la pandemia y de la preocupante situación económica, derivada de la guerra en Ucrania y del aumento de los precios de la energía. El primer ministro, Rishi Sunak, está llevando a cabo un intento a la desesperada para recuperar la confianza de los votantes que dieron la mayoría absoluta a Johnson en 2019, pero por ahora está lejos de lograr su objetivo. Todo apunta a que la convocatoria electoral se producirá a finales de 2024 o principios de 2025, y el tiempo corre a favor de un Partido Laborista ansioso por recuperar el poder tras 13 años en la oposición.

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