Cita en la isla de Capri

Cumbre de ministros de Exteriores del G7 de alto voltaje por Medio Oriente

El reciente ataque iraní contra Tel Aviv serán elemento de alto voltaje de una agenda repleta

Reunión del G7 sobre la crisis en Oriente Próximo.

Reunión del G7 sobre la crisis en Oriente Próximo. / EP

Irene Savio

Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 se preparan para celebrar desde este miércoles una cumbre en la isla italiana de Capri en la que la incendiaria inestabilidad en Oriente Medio tendrá un protagonismo incluso mayor al previsto. El reciente ataque iraní contra Tel Aviv, antes incluso que las malas noticias que llegan desde el frente en Ucrania, serán elemento de alto voltaje de una agenda repleta. "Lo pondré en el centro de nuestra agenda", confirmó el ministro transalpino, Antonio Tajani.

La reunión de urgencia convocada el domingo por la primera ministra Giorgia Meloni, presidenta de turno del G7hace pensar que los líderes exhibirán de nuevo cierto consenso. Pero que esto tenga un impacto positivo fuera del círculo es una quimera. Lo que no solo remite a Rusia, país con el cual el grupo está abiertamente enfrentado, o China, con el cual especialmente EEUU mantiene oportunas riñas. También es dudoso el impacto que eso pueda tener en los países menos ricos del llamado Sur Global. 

Esto es también válido para África, integrada por un grupo de países no homogéneos, donde el nivel de violencia e inestabilidad es preocupante y la presencia occidental ha disminuido. Lo que también puede afectar a la agenda de la Unión Europea, que considera esta zona estratégica para sus políticas de freno a la inmigración hacia el viejo continente, como ha dicho repetidamente la líder de Italia (a pesar de las propias divisiones entre las propias naciones europeas). País que inicialmente había puesto el asunto como uno de los prioritarios del encuentro.

Ucrania ensombrecida

La razón remite al tema de siempre: la queja de países no miembros, cada vez más explícita, de que el G7 (que incluye a EEUU, Canadà, Francia, Alemania, Italia, Japón y la Unión Europea) es como un club de élite de naciones ricas. De ahí que, para parecer más inclusivo, el grupo ha estado en los últimos años invitando a otros líderes y buscando colaboraciones, en el intento de ejercer influencia especialmente sobre temas críticos.

El formato, según lo anunciado por Italia, volverá a repetirse en esta ocasión con países considerados cercanos o de interés. Entre ellos: India, Brasil y Mauritania, que junto con el ministro Dmytro Kuleba, el representante de Ucrania, y Jens Stoltenberg, el secretario general saliente de la OTAN, también han sido invitados a la reunión. Con ellos dos, se había previsto que se abordase, en una de las primeras sesiones, el enredado asunto de la ayuda militar a Kiev (en un momento en el que los retrasos de EEUU están aumentado la presión sobre Europa), algo que podría verse ensombrecido precisamente por la crisis entre Israel e Irán. España, en cambio, no estará. 

Con todos ellos, en cualquier caso, el anhelo es discutir también de otros temas que, en mayor y menor medida según el país, interesan a los integrantes del Grupo de los Siete y son parte de la agenda, como el terrorismo tras el ataque en Moscú, la regulación de la inteligencia artificial, y la crisis del fentanilo que afecta especialmente a Estados Unidos. El comunicado final, que se espera para el viernes, el último día, dirá en qué medida los siete países han logrado consensuar una postura común en un momento de desorden mundial.

Capri, militarizada

La reunión llega después de una informal anterior celebrada en febrero y supondrá una monumental alteración de la vida diaria en la turística Capri (7.000 habitantes), que desde hace semanas se está preparando para el evento y donde se desplegará un importante operativo de seguridad. El motivo serán sobre todo la llegada de 300 delegados y periodistas que se espera acudan a la reunión. El Ayuntamieto de la isla ha decidido que se paralizará el tráfico comercial durante las mañanas de los días que dure la convención.

Tampoco se excluyen protestas y manifestaciones contra la reunión, como ya ha ocurrido en otras ocasiones y con encuentros similares en las últimas semanas. De hecho, representantes del movimiento ecologista 'Friday For Future' ya han anunciado nuevos actos en coincidencia con la cumbre.