Vecinos procedentes de localidades de toda la comarca de Els Ports acudieron la pasada noche del sábado al 50° cumpleaños de Bartolo Messeguer, una fiesta que se celebraba en la ermita de Sant Crist²fol, en el término de la Todolella.

Entre los asistentes a este evento se encontraba Chimo Ferrerres, de 35 años de edad, quien también fue invitado a la fiesta, pero decidió finalmente irse a dormir a su casa.

"Nos reunimos unas 60 ó 70 personas para celebrar el cumpleaños de Bartolo. Yo acudí a la fiesta con mi mujer, que está embarazada. Por este motivo, decidimos irnos antes a casa porque pensamos que era mejor descansar en Morella, donde vivimos", relató Ferreres.

"De hecho, nos fuimos los primeros, serían las 2.30 o las 3.00 horas cuando iniciamos el camino de regreso", comentó Chimo, quien ayer todavía no conocía el nombre de las personas que habían fallecido en el desgraciado accidente.

Sin embargo, el afectado explicó que, tras su marcha, la fiesta continuó en el interior del albergue. "Había gente de todas las edades. De hecho, más que un cumpleaños parecía una boda, ya que se reunió gente muy diferente. Los invitados estaban entre los 20 y los 50 años de edad; eran conocidos de toda la comarca", añadió.

"Aunque había gente de toda la comarca, creo que la mayoría de personas eran de Vilafranca, aunque también habían muchos procedentes de Morella", puntualizó este asistente al cumpleaños y superviviente. "Algunos de los invitados vivían, incluso, en Cataluña, en Barcelona", completó. Asimismo, sobre las personas, algunas más conocidas para él que otras, que estuvieron a su alrededor a lo largo de toda la celebración, Ferreres manifestó: "Parece increíble, cuando me dicen algún nombre todavía no me hago a la idea", lamentó visiblemente conmocionado este morellano.

La mala suerte y un despiste provocó la tragedia en el albergue de Sant Crist²fol, un suceso que será muy difícil borrar de la memoria y del corazón. "Hace unas semanas se estropeó la calefacción del albergue y, como todavía no estaba arreglada la avería, habían puesto unas estufas de gas", explicó Ferreres, quien añadió: "Era un solución provisional que, en prinicipio, no debía afectar en nada", concluyó pesaroso.