El virus que ha creado la gripe mexicana, nuevo y totalmente desconocido para el sistema inmunológico humano que debería destruirlo, surgió de una anormal unión de cuatro virus gripales que fueron a coincidir en el cuerpo de algunos cerdos.

En ese extraño reagrupamiento intervinieron un virus de gripe humana, que aportó fragmentos de su genoma, ya adaptado a las personas; un virus de gripe aviaria americano, que introdujo genes avícolas de ese continente, y dos virus de gripe porcina, uno euroasiático y otro americano. "El cerdo receptor dio forma al nuevo virus, un A/H1N1, que, con relativa facilidad, pudo pasarlo a las personas que lo cuidaban", explica el doctor Tomás Pumarola, del laboratorio de microbiología del Clínico de Barcelona. Poco después, el primer infectado pasó el nuevo virus, de transmisión aérea, a su familia. De ahí saltaría más tarde a otros seres humanos, lo que pudo hacer sin necesitar sufrir más mutaciones, ya que contenía trazas del virus gripal que sufren las personas. La letalidad es muy baja: aseguran que a menos del 1% de los infectados.

La novedad vírica surgida en México no es reconocible ni en laboratorio, pues no se dispone de reactivos que la detecten. El Ministerio ha establecido un doble análisis para confirmarlo.