El jefe del Consell, Alberto Fabra, junto con empresarios de la Comunitat, como el presidente de Cierval, José Vicente González, clamaron ayer porque CaixaBank conserve la marca Banco de Valencia en este territorio, tras su adquisición, algo sobre lo que aún no se ha posicionado la catalana. Otra demanda es conservar la valencianidad en el accionariado de Aguas de Valencia, si al final pasa a CaixaBank.

Ayer, tanto Fabra como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, defendieron mantener “la identidad y singularidad” del Banco de Valencia y consideraron que se aportará “estabilidad”. El president comentó que familias y empresas piden “que haya financiación” y valoró que eso puede garantizarlo “un banco solvente” como CaixaBank. También abogó por transmitirle que mantenga “instituciones emblema y referencia a nivel de empresas en la Comunitat”. “Esa debe ser un poco nuestra preocupación”, apuntó. Por otra parte, Barberá ha intentado contactar con el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, para que tenga “sensibilidad” en Aguas de Valencia --participada del Banco--, de modo que “quede su gestión en la decisión de un consejo mayoritariamente valenciano” y que el precio del agua siga “razonable”. “Si al pasar a CaixaBank pasa a otras manos no valencianas y a otras no españolas después, podemos haber perdido toda garantía de la gestión”. El líder de Cierval destacó que la Caixa tiene “suficiente músculo financiero”, pidió “trato preferente” a los actuales accionistas para que sean “nuevos fans” y conservar el nombre, pues a CaixaBank “le conviene”. H