Un guiño al pasado pero mirando, sobre todo, hacia el futuro. El Salón del Automóvil de Barcelona abrió el pasado sábado las puertas de una edición muy especial, la del centenario de su nacimiento.

El certamen catalán, que apuesta por su nueva denominación de Automobile Barcelona, ha conseguido reunir en esta ocasión a más de 40 marcas para configurar un escaparate muy digno e interesante, con la electrificación y la conectividad como elementos principales.

Los modelos enchufables constituyen, sin duda, el eje central de esta cudragésima edición de la muestra barcelonesa y confirman que este tipo de movilidad está ya aquí, lista para el despegue. Desde el Mercedes EQC al Lamborghini Terzo Millennio (que estuvo expuesto apenas unas horas durante un acto para la prensa) pasando por el Seat el-Born, el Audi e-tron o el Hyundai Nexo, los modelos cien por cien eléctricos son numerosos este año. A ellos se suma una selección no menos destacada de propuestas híbridas, de marcas tan dispares como Subaru, BMW, Honda, Cupra o Kia.

La próxima generación del Renault Clio, el nuevo Toyota Supra, el espectacular Serie 8 de BMW o la ultima entrega del Range Rover Evoque también tienen su espacio en Barcelona, donde Mini aprovecha para celebrar su 60º cumpleaños y Abarth, el 70º aniversario de su nacimiento.

AYUDAS El salón catalán también acoge durante estos días distintas reuniones sectoriales, como la de la Asociación Europea de Constructores de Automóviles en la que los representantes de la automoción nacional y continental han aprovechado para pedir a las administraciones un marco de trabajo estable y una certidumbre normativa que les permita desarrollar sus planes de producto con garantías.

El sector demanda un programa de ayudas para el impulso del coche eléctrico y la renovación del vetusto parque automovilístico nacional, que continúa siendo la gran asignatura pendiente de nuestro país.