Una nueva versión ha llegado a la familia Ford Ranger. Y no es otra que el Raptor. La propuesta más radical y de mayor rendimiento del pickup más vendido del viejo continente ya es una realidad.

Con un marcado carácter offroad, está equipada con una versión biturbo de motor diésel 2.0 EcoBlue que proporciona 213 caballos, y va asociada a una caja de cambios automática de diez velocidades y a un sistema de tracción total conectable con reductora.

Personalidad propia Construido para resistir una conducción agresiva en cualquier tipo de terreno, el Raptor se diferencia del Ranger en numerosos aspectos pero, sin duda, donde mejor se aprecia todo su carácter es en su suspensión. Para no perder comodidad ni control, Ford ha introducido cuatro amortiguadores con tecnología heredada de los vehículos de competición.

El sistema de frenos también es distinto al de las otras versiones, ya que en el Raptor se ha modificado para poder soportar un uso más intenso. De la misma manera, los neumáticos han sido diseñado y puestos a punto específicamente para este nuevo modelo.

Como novedad, el Ranger Raptor también estrena un sistema electrónico para gestionar la tracción en los seis modos de conducción disponibles, además del control de descenso de pendientes.

Estéticamente, el Raptor se aleja del resto de la gama Ranger, ya que está inspirado en el F-150 Raptor, un pickup de mayor tamaño que no está a la venta en Europa.

Este nuevo estilo, marcado por la rebostez y por su imponente silueta, se aprecia en un paragolpes distinto -pensado para dar cabida a unas ruedas más grandes-, una parrilla más amplia y unos estribos laterales diferentes diseñados para evitar daños con la gravilla del terreno.

A pesar de su ADN offroad, el interior está a la altura de los lanzamientos más recientes incorporando un sistema multimedia Sync 3, una pantalla táctil de ocho pulgadas, así como diferentes asistentes de ayuda a la conducción.