En el periódico ‘El Heraldo de Castellón’ del 5 de junio de 1897, se informó de la campaña que, el día anterior, obligó a reunirse a la comisión municipal de ‘Adorno de Calles’ para las inmediatas Fiestas de Julio. Y tras el cambio de algunas impresiones, de variadas decisiones municipales, se adoptó el acuerdo de conceder premios en metálico al vecindario de aquellos trozos de calle que mejor gusto hubieran puesto en el adorno de las mismas. El primer premio adjudicaba al vencedor 125 pesetas, con 95 pesetas para el segundo y 50 al tercero. Además y con objeto de aliviar todo lo posible el trabajo de la comisión, se nombraron subcomisiones a cuyo cargo estaba la inspección de los trozos de calle, con incidencia en la calle Mayor, calle de la Enseñanza, Colón y Enmedio. Y, en definitiva, de todas las vías urbanas del centro.